MÉRIDA 1 Sep. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de las explotaciones de olivares en Extremadura tiene una superficie menor de cinco hectáreas, según una tesis doctoral de José Luis Llerena Ruiz sobre el sector olivarero, cuya superficie ocupa en la región 260.000 hectáreas.
La investigación, titulada 'Estudio del sector olivarero y de transformación de la aceituna en Extremadura', establece también que las explotaciones en la comunidad son gestionadas por agricultores a tiempo parcial, con actividad en otros sectores.
De esta forma, en opinión del investigador, para mantener este cultivo, "generador y potenciador" del paisaje, se torna necesario "desarrollar políticas que ayuden a los agricultores a tiempo completo a encargarse de estas producciones" y "desarrollar otro tipo de incentivos que hagan perdurar el medio rural", ha matizado el experto.
Otra de las deficiencias de las que advierte Llerena es la del mercado tan competitivo que gira en torno al sector transformador de la aceituna en la región. Y es que tras el estudio de las 88 entamadoras extremeñas se ha podido conocer que el 64 por ciento de ellas son de carácter privado.
"Nuestra industria almazarera produce muy poco aceite de oliva por unidad, sin embargo las entamadoras que existen en la comunidad autónoma produce más aceituna por unidad que la media española, por lo cual es un sector competitivo en el que se debe aplicar muchísimo I+D, para obtener nuevos productos y procesos que lleguen a potenciar y proyectar nuestro mercado", explicó el investigador.
Igualmente, para analizar la estructura de la industria productora de aceite de oliva se han analizado las 119 almazaras extremeñas, de las cuales el 75 por ciento separa la aceituna de vuelo de las de suelo, factor fundamental para obtener aceite de oliva de calidad.
Por otra parte, el desglose por comarcas ha permitido conocer algunos detalles de carácter territorial. Entre ellos que Tierra de Barros es la que tiene mayor olivar con un 20,70 por ciento del total regional, o que la superficie del olivar declarado en 2005 ha ascendido un 12 por ciento con respecto a la campaña de 1996.
Además, tras conocer las seis variedades de aceituna mayoritaria en la región: Cornicabra, Manzanilla Cacereña, Manzanilla de Sevilla, Morisca, Pico Limón y Verdial de Badajoz, se ha comprobado que la longitud del endocarpo (el hueso) y la forma del fruto son los parámetros más eficaces que permiten al olivicultor caracterizar, identificar y diferenciar unas de otras.
El trabajo ha sido dirigido por Carmen Álvarez Tinaut, Inmaculada Garrido Carballo y José Miguel Coleto Martínez, del Departamento de Biología Vegetal, Ecología y Ciencias de la Tierra de la Universidad de Extremadura (UEx). La tesis ha obtenido la calificación de sobresaliente cum laude, según informó la UEx.