A CORUÑA, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
El 64,9 por ciento de las explotaciones ganaderas gallegas carecen de licencia de actividad municipal, según informó hoy el fiscal jefe del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), Carlos Varela.
En concreto, de las 1.018 analizadas por los técnicos de Seprona y de la Policía Autonómica, en su mayoría de bovino y porcino, 661 no tenían licencia. Por provincias en A Coruña se analizaron 369 explotaciones, 86 con licencia; en Lugo 369, 104 con licencia; 1569 en Ourense, 119 con licencia; y 117 en Pontevedra, 54 con licencia.
Para Varela esta situación provoca que las explotaciones ganaderas se conviertan en "una actividad incontrolada" por la Administración "que no sabe donde se ubican y no puede revisar que cumplen la normativa" como consecuencia de un vacío legal "que debe subsanarse". De hecho, el fiscal jefe remarcó que la mayoría de los propietarios han pedido la concesión de dicha licencia desde 1992 y todavía no han recibido respuesta "probablemente porque se trata de una actividad que presenta complicaciones en cuanto a contaminación por olores y química, y es conflictivo dar un permiso".
Este hecho ocurre porque por el momento no existe una ley que regule estas explotaciones, aunque la Xunta está trabajando ya en un borrador de la misma que contará con este estudio para completarse. Varela informó de que los ganaderos cuentan con un código gallego de buenas prácticas de aplicación voluntaria. "Es necesario establecer una legislación que organice cómo se deben gestionar los residuos y que contemplara cuatro apartados: impacto ambiental, vertidos, residuos; y uso y tratamiento de purines y estiércol lo antes posible", aconsejó.
Así informó que dentro del código de buenas prácticas, algunas explotaciones han decidido poner en marcha plantas de tratamiento que dan servicio a los cooperativistas a través de la recogida de purines por camiones cisterna para llevarlo a dicha planta y convertirlos en sólidos susceptibles de manipulación y acumulación para usarse como abono". Indicó que se trata de un método "caro y que exige una inversión importante", pero que se compensa con la creación de energía eléctrica y se amortiza con la venta de dicha electricidad.
CONTAMINACIÓN DE AGUAS
Además, el 17 por ciento de las explotaciones tienen acuíferos a menos de quinientos metros de distancia, lo que aumenta el riesgo de contaminación de aguas de pozos y cauces fluviales si se tiene en cuenta que la mayoría de ellas tampoco cuenta con autorización de vertido. En concreto la distancia media de cauce es de quinientos metros en A Coruña, Lugo y Pontevedra, y de 1.336 en Ourense, mientras que la distancia media de pozo es de sólo noventa metros.
De este estudio, de diez meses de duración, también se desprende que un alto porcentaje de las fosas de purines (mezcla de agua y excrementos) de las explotaciones están descubiertas, lo que provoca un riesgo de desbordamiento por culpa de la lluvia, de contaminación por olores, y de accidentes por caída con peligro de fallecimiento por inhalación de gases.
En concreto en A Coruña sólo están cubiertas el 68 por ciento del total; en Lugo el 58 por ciento; en Ourense el 52 por ciento; y en Pontevedra el 57 por ciento. Además, a la hora de reciclar los residuos, el 86 por ciento los reutiliza en su propia explotación, el trece por ciento en otras y sólo el uno por ciento se preocupa por llevarlos a una empresa de tratamiento.
Los técnicos analizaron también la concentración de explotaciones en los diferentes ayuntamientos gallegos, y el número de cabezas de ganado y de producción de nitrógeno de cada explotación. Pudieron comprobar que el almacenamiento de purines y estiércol se hace en fosas o balsas de cemento, ladrillo o plástico con riesgos de filtración por fisuras, vibraciones de terreno y falta de impermeabilización.
Por otra parte se constató que son "pocas" las explotaciones que superan el índice de producción de más de 210 kilos de nitrógeno por hectárea y año (el máximo asumible para no provocar desequilibrio químico) y que las explotaciones intensivas con quinientas cabezas de porcino necesitarían 1.750.000 metros cuadrados de terreno para absorberlo, "algo complicado de conseguir en una zona minifundista como Galicia".
El desarrollo de este estudio fue motivado por el "número creciente" de denuncias relativas a vertidos ilegales de dichas explotaciones. En concreto Varela informó de que entre 2004 y 2007 la fiscalía del TSXG recibió un total de ochenta procedentes de toda Galicia. La metodología se centró en explotaciones con censo animal importante, elevada producción de residuos orgánicos o infraestructuras con riesgo de contaminación.