SANTIAGO DE COMPOSTELA 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Plataforma Galega Antitransxénicos (PGA) denunció hoy que el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) acaba de hacer públicas 11 solicitudes de crear campos experimentales de maíz transgénico de las empresas Monsanto, Pioneer y Procase en un total de 67 municipios de España, entre ellos Arzúa, Ribeira, Mesía, Vilalba y Chantada.
Según ese documento publicado en la página web del MARM, la PGA aseguró que Galicia albergará de nuevo ensayos de organismos modificados genéticamente, entre los que destacó la variedad híbrida de maíz transgénico NK603xMON810.
La organización cuestionó que se pida su autorización después de que un estudio --'Biological effects of transgenic maize NK603xMON810'-- concluyese que los ratones alimentados con esta variedad tuvieron menos descendencia en la tercera y cuarta generación "mostrando diferencias estadísticamente significativas".
La Plataforma Galega Antitransxénicos destacó que el MARM le ha concedido permiso a las multinacionales productoras y comercializadoras de transgénicos para impulsar cultivos en Galicia a lo largo de este año en los municipios de Ribeira, Mesía, Vilalba y Chantada. La organización condenó esta decisión sobre todo en el caso de este último por estar declarado zona libre de transgénicos por su gobierno local.
Asimismo reprochó la "irresponsabilidad" e "hipocresía" demostrada por los gobiernos de la Unión Europea al no hacer primar el 'principio de precaución' que decretaron sobre el cultivo de organismos manipulados genéticamente.
La organización indicó que si no se tienen hijos será "por culpa del maíz", citando fragmentos del estudio mencionado. Entre ellos subrayó la vinculación que ese informe establece entre alimentos transgénicos e infertilidad, responsabilizando a esos productos de ser un "agente de control de la natalidad".
PGA criticó además que los alimentos de mala calidad, entre los que citó a transgénicos y aquellos con elevada presencia de pesticidas y ceras, por ser los más asequibles serán consumidos por la población de menor capacidad adquisitiva, a la que afectará ese "control de natalidad".
La organización recordó que esos grupos de ciudadanos son los que "menos interesan" en el "actual sistema neoliberal" que, como destacó, está basado en la sociedad de consumo que controlan las empresas multinacionales. También señaló que esos estratos de población son los que tampoco importan a los gobiernos.