SANTIAGO DE COMPOSTELA, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Sindicato Labrego Galego (SLG) exigió hoy una regulación específica adaptada a la realidad de los productores de alimentos caseros elaborados en las explotaciones agrarias y ganaderas gallegas para permitir su venta en los mercados y tiendas locales, al margen de los circuitos convencionales de comercialización. La organización agraria espera que el Decreto de Artesanía Alimentaria recoja sus demandas en este sentido.
Así lo expuso la responsable de Desenvolvemento Rural del SLG, Ana María Rodríguez, ante el puesto organizado hoy en la plaza do Toural, en Santiago de Compostela, donde productores de la comunidad exhibieron una muestra de hortalizas y licores caseros.
"El productor no puede vender sus huevos, pollos, pan o leche", denunció, para exigir que la legislación se adapte a las peculiaridades de los agricultores o ganaderos que, como recordó, pretenden dar salida a sus excedentes como fuente complementaria de ingresos.
Precisamente, representantes del SLG defenderán hoy las especificidades de esta producción frente a las de una industria alimentaria en la comisión permanente del Consello Agrario, donde se debatirá el borrador del decreto de Medio Rural. "La normativa es la misma para nosotros que para las grandes industrias", reprochó Rodríguez.
El SLG aguarda el reconocimiento de la calidad del producto casero en el futuro decreto y la aprobación de esa normativa para "negociar" un tratamiento singular con la Consellería de Sanidade.
NORMATIVA SANITARIA ADAPTADA
Según manifestó Rodríguez, la directiva higiénico-sanitaria establecida por la Unión Europea contempla "excepciones" para una serie de productos "puntuales", como puede ser el pan de Cea --al estar prohibida la cocción en horno de piedra-- o el queso de Cabrales --que no podría ser curado en una cueva--, entre otros.
"Queremos que no se nos aplique estrictamente la normativa sanitaria", aseguró para señalar que el objetivo del SLG es que el Gobierno central reconozca al producto casero entre las excepciones previstas por la normativa comunitaria. "Sólo hace falta voluntad política", apuntó.
En este sentido explicó que la legislación higiénico-sanitaria exigiría que un productor dispusiese de unas instalaciones específicas para elaborar pan, otras para la miel y, además, prohibiría el sacrificio de un pollo sin pasar por un matadero autorizado.
"No pedimos que no haya ningún control sino que la legislación se adapte a nuestra realidad", manifestó, después de matizar que la organización defiende la existencia de un registro de venta.
A este respecto, Rodríguez señaló que una de las diferencias de los productos caseros y los industriales es que no pretenden integrarse en los circuitos comerciales "convencionales", sino venderse en mercados locales a través de una relación directa entre productores y consumidores.
ALEGACIONES
El Sindicato Labrego Galego presentó varias alegaciones al borrador del Decreto de Artesanía alimentaria de Medio Rural, entre las que Rodríguez destacó un reconocimiento específico del producto casero frente al que se elabora en industrias o envasadoras. También solicitan el reconocimiento de su "excepcionalidad" y no sólo a una "flexibilización" en su tratamiento que, a su juicio, se defiende en el texto.
Además, el SLG exige que los productores caseros puedan elegir su vinculación o no a una denominación de origen o identificación geográfica protegida, uno de los requisitos que, según indicó Rodríguez, se formulaba en el borrador del decreto.
"No queremos sellos, sólo poder vender los excedentes de la propia explotación", aseveró, para recordar que la comercialización de estos alimentos no supondrá ningún tipo de competencia para las vías convencionales de venta de los productos industriales. "Es una producción cuantitativamente pequeña pero muy importante", destacó, como fuente de ingresos y parte de la cultura local.