El diputado popular apuesta por hacer autocrítica en vez de pedir responsabilidades personales
LUGO, 31 May. (EUROPA PRESS) -
El diputado autonómico del Partido Popular y ex alcalde de Vilalba, Agustín Baamonde, admitió hoy que el enfrentamiento entre el presidente en funciones de la Diputación lucense, Francisco Cacharro, y del vicepresidente del PPdeG, Xosé Manuel Barreiro, influyó en el "mal resultado" del PP en la provincia de Lugo, que supuso la pérdida de la institución provincial.
Así, Baamonde consideró que la actuación del presidente de la institución provincial, no fue "leal" con el partido. No obstante, puntualizó que ésta no es la única razón de los resultados adversos, e insistió en que "ese enfrentamiento transmitió a la ciudadanía algo a lo que no estaba acostumbrada a ver". "Antes el PP era un partido monolítico, sin fisuras y ahora se transmitió la sensación de cierta división y eso no ayuda", precisó.
Con todo, Baamonde advirtió de que "puede ser que se esté entrando en un ciclo, que en este caso, no es el más favorable" para los populares en Galicia y consideró que es preciso hacer "autocrítica".
El que fuera alcalde de Vilalba reconoció también que "tanto a nivel gallego como provincial hay algunos datos positivos y otros que no lo son tanto". Entre lo positivo destacó el ascenso experimentado por el PP en las "grandes urbes", singularmente en los ayuntamientos de Santiago, A Coruña, Pontevedra y Vigo. Sin embargo, indicó que "es preocupante el descenso en lo que fue siempre el granero de votos del Partido Popular que es el medio rural".
VISUALIZACIÓN DEL PODER
Tanto en el ámbito de Galicia como de la provincia de Lugo, señaló que hay una circunstancia que hay que tener en cuenta; las elecciones "se hacen para conseguir el poder y la visualización del poder hay que reconocer que no es favorable al PP". "En Galicia se subió en la ciudades, pero la imagen que va a quedar, como consecuencia de los pactos, es que el PP no gobierna en ninguna de las grandes urbes", lamentó.
Otros factores que enumeró como responsables de los resultados se centraron en el relevo generacional en la sociedad gallega. "Quien toma la dirección de la sociedad civil es una generación de gente de 40 años para bajo que trae otras ideas y maneras de hacer política", comentó. "El PP va a tener que replantearse esa circunstancia. Más que pedir responsabilidades personales hay que hacer autocrítica", sentenció.
