Uno de cada tres municipios de Galicia perdió a más de la mitad de sus vecinos desde 1981

Ribeira Sacra, entre Ourense y Lugo
Ribeira Sacra, entre Ourense y Lugo - EUROPA PRESS - Archivo
Publicado: miércoles, 1 enero 2020 18:25

Alcaldes de ayuntamientos pequeños dicen sentirse "nada respaldados" porque "la presión" que pueden hacer sus habitantes "es pequeña"

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 1 Ene. (EUROPA PRESS) -

Los datos oficiales del padrón de 2019 supuso para Galicia caer de la barrera simbólica de los 2,7 millones de habitantes. La Comunidad continúa así con una caída demográfica arrastrada desde 2010, pero para una aplastante mayoría de ayuntamientos --245 de un total de 313-- la pérdida de población es constante desde hace, por lo menos, 40 años.

De acuerdo con el padrón municipal a 1 de enero de este año, publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), tan solo 68 municipios de la geografía gallega ganaron habitantes desde 1981.

Mientras crecieron grandes ayuntamientos como A Coruña y Vigo, así como sus áreas de influencia, hay otras localidades, la gran mayoría en las provincias de Lugo y Ourense, en las que ocurre totalmente lo contrario.

Tanto es así que uno de cada tres municipios gallegos (94) perdió más del 50% de sus vecinos desde 1981. Tan solo 4 se encuentran en Pontevedra: Agolada, Covelo, Forcarei y Crecente; y otros 5 en A Coruña: A Baña, A Capela, Mañón, Toques y Vilasantar. Los restantes de estas dos provincias, crecieron.

LUGO Y OURENSE

En Lugo son ya 26 los ayuntamientos que en los últimos 38 años bajaron en población la mitad o incluso más. Por ello, cabe resaltar caídas de más del 70% en Navia de Suarna, que contaba con 3.773 vecinos en 1981 y con 1.081 este año; y en Muras, que pasó de 2.228 a tan solo 642.

Sin embargo, en Ourense es donde se concentran las mayores fugas y donde la despoblación es más fuerte. Entre 1981 y 2019, solo ocho municipios crecieron mientras los 84 restantes bajaron. Pero es que, además, ascienden a 11 los que la caída supera el 70%: Baltar, O Bolo, Castrelo de Miño, Cualedro, Lobeira, Parada de Sil, San Xoán de Río, A Teixeira, A Veiga y Verea.

De todos estos, hay dos casos de despoblación especialmente graves que ostentan, además, el récord gallego. San Xoán de Río pasó de tener 2.755 vecinos en 1981 a solo 531 en 2019 (-80,7%), y A Teixeira bajó de 2.030 a 316 (-84,4%).

En declaraciones a Europa Press, el alcalde de A Teixeira, Miguel Antonio Cid, resalta que este problema afecta "no solo al interior gallego" sino a todo el español. En el caso de su municipio, explica que la pérdida de población "más acentuada" ocurre "desde hace ocho o nueve años".

"Hubo una emigración importantísima en los años 50, 60 y 70. Aquí quedó una población que más o menos tenía una subsistencia en la agricultura, en la ganadería, en los viñedos... Pero la gente iba cumpliendo años", asevera. Asimismo, si bien destaca que "sí que hay gente" que se marchó y que con los años "fue retornando", eso "ya se terminó".

A pesar de ello, el regidor de A Teixeira pone su "esperanza" en la declaración de la Ribeira Sacra como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. "Ahora ves grúas rehabilitando casas de turismo rural, pequeños establecimientos de hostelería... Creo que es el principio de algo", vaticina.

A su modo de ver, "la iniciativa privada es al final lo que mueve un poco el mundo", aunque las administraciones "también pueden ayudar". En este sentido, asegura que si hay algunas familias establecidas en el municipio es por el "mucho trabajo" que dan los viñedos.

NEGUEIRA DE MUÑIZ, EL MENOS POBLADO

Tras una estrepitosa evolución demográfica que en casi 40 años le hizo perder ocho de cada diez de sus vecinos, A Teixeira es ahora, con 316 habitantes, el segundo municipio con menor población de Galicia. El primero, con 215 habitantes, se encuentra más al norte, en Lugo: Negueira de Muñiz.

Su alcalde, José Manuel Braña, ha explicado a Europa Press que el problema "no es tener más habitantes o menos, sino la ruralidad", ya que "no es lo mismo ser un ayuntamiento pequeño cerca de la capitalidad" que en zonas más aisladas.

"El problema que tiene es la escasez de recursos de todo tipo: personales, económicos culturales... Un compendio. En un ayuntamiento pequeñito se pueden hacer muchas menos cosas", afirma, al tiempo que critica la "descomarcalización" de servicios.

Preguntado sobre una posible solución para evitar el vaciado del rural, Braña apuesta por un "cambio de política". "Seguimos siendo ciudadanos de segunda", lamenta, poniendo como ejemplo el "peor" servicio de Internet del que disponen y los "100 kilómetros" que deben hacer para ir al hospital.

"Negueira siempre fue un municipio de poca población", explica Braña, ya que en 1981 también era el más despoblado de Galicia con 437 vecinos. La cifra actual de 215 personas implica que la caída estuvo paliada en parte por "una comuna 'hippie'" que se asentó en los 80 y que ahora está reviviendo.

No obstante, el regidor rechaza la etiqueta de 'hippie' para estas personas en la actualidad: "Es gente joven que tiene una concepción de la vida diferente". Pero lo cierto es que, gracias a ellos, la escuela municipal reabrió este curso tras 7 años cerrada por falta de niños.

"NADA RESPALDADOS"

El alcalde de Negueira de Muñiz considera que los ayuntamientos de la 'España vaciada' no están "nada respaldados" por administraciones como la Xunta o el Estado. "Pero nada de nada de nada", insiste. Y esto es así porque "la política se basa al final en cuentas de votos y los votos están en las ciudades". "Se ha perdido el respeto institucional", añade.

En este diagnóstico parece coincidir el alcalde de A Teixeira, Miguel Antonio Cid: "Haces peticiones con todo el interés como mejora de caminos, de abastecimientos, de otras infraestructuras y no son atendidas porque claro, la presión de la población es pequeña".

Para el profesor titular de Geografía Humana y Geodemografía de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), Julio Hernández Borge, consultado por Europa Press, las administraciones "lo que deben hacer es tratar de ordenar el territorio y tratar de frenar los desequilibrios presentes", pero "sobre todo" de cara al futuro.

"La despoblación rural es un fenómeno mundial que comenzó en Europa con la revolución industrial a comienzos del siglo XIX y se ha ido extendiendo con distinto ritmo y cronología por otras partes del mundo y con distinta incidencia", explica.

En cuanto a la negativa evolución demográfica de la Galicia contemporánea, Hernández Borge la achaca a "la emigración y sus consecuencias", como el envejecimiento y la bajada de la natalidad. Todo este proceso, que todavía continúa, afectó más a Ourense y a Lugo "por su menor desarrollo económico y urbano".

"MOVIMIENTO CENTRÍFUGO" EN LAS CIUDADES

En el lado opuesto, el profesor de la USC pone el foco en un fenómeno que ocurrió en las zonas urbanas. Hasta los 80, las ciudades dominaban el crecimiento. A partir de entonces se produjo un "movimiento centrífugo" hacia los ayuntamientos de sus periferias, algo que "ya había pasado antes en otras partes de Europa".

En efecto, de acuerdo con los datos del padrón de 2019, el municipio coruñés de Ames, justo al sur de Santiago, experimentó el mayor crecimiento de Galicia (+233,7%) al pasar de 9.527 vecinos en 1981 a 31.793 en 2019. Esto ocurre de forma similar en Cambre (+168,5%), Culleredo (+141%) y Oleiros (+139,9%), todos ellos en el área metropolitana de A Coruña.

"La búsqueda de una determinada calidad de vida: viviendas unifamiliares, menor densidad inmobiliaria, ambiente tranquilo para los hijos o para las personas mayores y también unos precios más baratos son razones que inciden", asegura Hernández Borge, quien sitúa estas personas entre los 25 y los 45 años. Por esto, la natalidad es "menos baja" en estas zonas.

Este fenómeno, que también existe en otras comunidades, tiene ciertos "inconvenientes" como la "pérdida de tiempo que suponen los desplazamientos diarios" para trabajar o los planes de ordenación urbanística "demasiado permisivos" de algunos municipios, que favorecen la especulación.