El 8% de los casos de menores juzgados en Galicia el año pasado fueron por violencia doméstica

Los psicólogos recomiendan a los padres buscar ayuda profesional y aprender a "decir que no" ante determinadas conductas

Europa Press Galicia
Actualizado: martes, 17 diciembre 2013 21:15

A CORUÑA, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -

Casi un 8% de los 971 menores juzgados en Galicia en 2012 lo fueron por violencia doméstica (violencia familiar no de género), según la estadística judicial facilitada a Europa Press por la Fiscalía Superior de Galicia.

Pese a que el Colegio de Psicólogos subraya el incremento, en los últimos años, de casos de violencia de menores hacia sus progenitores, la fiscal de menores de Pontevedra, Encarnación Bullón, asegura, en base al balance en esta provincia, que se tiende a una "estabilización".

Con todo, solo en Pontevedra se han registrado en lo que va de año 25 procedimientos de violencia hacia progenitores, frente a los 33 registrados en el año 2012.

Según la estadística de la Fiscalía Superior de Galicia, el año pasado 971 menores fueron enjuiciados en los cuatro juzgados gallegos. De ellos, 76 (el 7,83%) lo fueron por violencia doméstica.

De esta cifra, 58 han sido condenados por delito (76,32%), mientras que otros 13 (17,17%) lo han sido por falta. Otros 5 han sido absueltos. De ellos, 68 eran españoles y otros 8 extranjeros. Un total de 44 tenían entre 16 y 17 años y el resto, 32, entre 14 y 15.

MEDIDAS IMPUESTAS

Sobre estos casos, la fiscal de menores de Pontevedra remarca que "en principio" se les impone una libertad vigilada, aunque, "en los más graves" o en los que existe "reiteración" se acuerdan otras medidas como la "convivencia con un grupo educativo", familias con otros menores. Otras actuaciones son cursos de prevención de violencia en el ámbito familiar.

En cuanto a su incidencia, Bullón indica que en los últimos 6 y 7 años se registró "un incremento grande", aunque apunta a una "estabilización". Así, prevé que la cifra de menores enjuiciados en la provincia de Pontevedra sea este año similar al anterior.

Del entorno de estos menores, señala que "normalmente" se producen estos hechos "en familias desestructuradas". "Padres divorciados que utilizan al hijo como moneda de cambio, pero a veces también son menores disociales e hiperactivos y que presentan comportamientos violentos en el ámbito familiar".

Respecto a los medios existentes, admite que "son siempre escasos, no solo para ejecutarlos sino porque también se tarda", añade al subrayar que, a veces, se puede prolongar "unos meses" el que se pongan en marcha las medidas acordadas.

Encarnación Bullón cree también que en el casos de los menores con problemas disociales o de conducta "lo mejor es atajar el problema desde pequeños" y, en este sentido, sostiene que faltan, quizás, "los medios adecuados".

FRUSTRACIÓN Y AGRESIVIDAD

Por su parte, la vicepresidenta de la sección de Psicología Educativa del Colegio de Psicólogos de Galicia, Ana María Ulloa, sostiene que, por parte de este colectivo, han detectado un aumento del número de casos de agresividad de hijos hacia sus padres, aunque remarca que hay progenitores "que no denuncian por miedo o por vergüenza".

Sin embargo, incide en que cuando se manifiesta agresividad "hay detrás ya una conducta problemática" y, entre otras razones, alude a la "frustración" como una de las posibles causas del problema.

"Si el adolescente no ha aprendido a controlar su frustración tendrá comportamiento agresivo desde pequeño". Por ello, aboga por "poner límites" desde edades tempranas y por "saber decir no" ante determinadas conductas.

Al hilo de ello, insiste en que el niño no puede crecer "haciendo lo que le da la gana" para evitar que la situación "se descontrole". "A medida que aumenta la edad es más difícil producir el cambio", recalca esta psicóloga, que insta a acudir a profesionales y a "buscar ayuda".

SÍNDROME DEL EMPERADOR

Preguntada, por otra parte, sobre los estudios que apuntan a una predisposición genética a lo que se ha llamado como 'síndrome de emperador', Ana María Ulloa se muestra escéptica y afirma que "no se nace" con este tipo de comportamiento, "se hace".

"Puede haber cierta influencia genética, pero se hace en el entorno", insiste. También subraya que son niños que pueden ser agresivos "porque se sienten inseguros en ese entorno familiar", pero no en otros "como la pandilla", cita como ejemplo.

Por ello, precisa que no afirmaría "al 100% que hay una predisposición genética" y se muestra tajante al asegurar que "la agresividad no se hereda". Por otra parte, para hacer frente a esta problemática, aboga por "unir esfuerzos" en una sociedad "que se está haciendo demasiado violenta", admite.

PROGRAMAS PREVENTIVOS

En el ámbito de las administraciones, defiende la puesta en marcha programas preventivos para ayudar a los padres, "que, a veces, no saben qué hacer", aunque destaca las iniciativas existentes ya en los centros escolares para aprender "a convivir y dialogar".

Por otra parte, advierte del riesgo de "sobreproteger" u "ocultar" conductas de este tipo por parte de la familia. "Porque luego acaba rebotando contra ellos", alerta. "Cuánto antes se trate de cambiar ese comportamiento, antes de podrá controlar", recalca esta psicóloga, que precisa que hay que evitar que se haga "crónica". Para ello, aboga por medidas como las terapias de familias. "No siempre el problema es solo del niño", concluye.

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