VIGO, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
La CIG auguró hoy que el conflicto en el sector de la piedra y el mármol en la provincia de Pontevedra será "largo", ante la postura "intransigente" de la patronal, que "no ha hecho ningún movimiento" desde que se iniciaron los paros en el sector, el pasado 25 de junio.
Así lo confirmó, en declaraciones a Europa Press, el responsable de la Federación de Construcción y Madera de la CIG, Alberto Fernández, quien precisó que, aunque en las últimas horas se produjo una reunión entre las partes en la Inspección de Trabajo, "no hubo avances porque sindicatos y empresarios se limitaron a exponer sus posiciones".
La de hoy fue una nueva jornada de paro --la segunda--, con un "seguimiento prácticamente total" de la huelga en las empresas del sector en las zonas de O Porriño y Ponteareas (Pontevedra), donde se concentran la mayoría de firmas que se dedican a esta actividad en la provincia.
En todo caso, a pesar de que los sindicatos son "pesimistas" en cuanto a que los empresarios accedan a cumplir sus exigencias de "que se cumpla el convenio", se mantiene la tercera jornada de paro para el día 2 de julio, y se ha convocado una asamblea para mañana, con el fin de decidir nuevas movilizaciones y medidas de presión a partir de ese día.
RECLAMACIONES
Los sindicatos con presencia en este sector --que en la provincia cuenta con unos 3.000 trabajadores-- denunciaron que la patronal está intentando una "masiva congelación" de los salarios y que se niega a pagar suplementos de fin de semana. Así, criticaron que se da la circunstancia de que muchas empresas han planteado Expedientes de Regulación de Empleo (EREs), al tiempo que obligan a los trabajadores a realizar horas extras.
Asimismo, advirtieron de una progresiva "precarización" de las condiciones de trabajo, y reprocharon a la patronal que rechace y no reconozca los resultados del Estudio de las Condiciones de Polvo y Ruido elaborado por el Gabinete de Rande del ISSGA, en el que se refleja la existencia de "altísimos niveles de polvo siliótico y ruido", lo que entraña "un grave riesgo para la salud de los trabajadores".