PONTEVEDRA, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
La feria de Pontevedra registró hoy una escasa participación de vendedores ambulantes, ya que sólo se instalaron 125 puestos de los 292 profesionales legalmente autorizados para trabajar en el mercado. Este descenso en el número de trabajadores obedeció a la amenaza del colectivo gitano, que anunció un boicot en el desarrollo del mercadillo.
El montaje de los puestos se desarrolló sin problemas ante un perceptible reforzamiento policial, consistente en cuatro agentes de la Policia Nacional y 29 policías municipales, en respuesta a la demanda de la concejala de Promoción Económica, Teresa Casal, para que se tomasen precauciones.
La edil argumentó esta demanda "en previsión de que los ambulantes disconformes con el sorteo de puestos pudieran protagonizar algún incidente, y para garantizar que los vendedores que quisieran pudieran trabajar con total normalidad".
Sin embargo, la feria discurrió sin incidentes, ya que los disconformes con la organización determinada por el Ayuntamiento de Pontevedra no se presentaron, ni tampoco ningún miembro del colectivo gitano que considera injusto que el consistorio no respete su antigüedad en el mercadillo a la hora de sortear los puestos.
