Fiscalía mantiene su petición de más de 52 años de cárcel para el principal imputado por el crimen de Aranga

Actualizado: martes, 15 mayo 2012 19:03

A CORUÑA, 15 May. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía mantiene su petición de penas que suman más de 52 años de prisión para José Ramón B.V., principal imputado del conocido como 'crimen de Aranga', en la última sesión del juicio que se ha celebrado en la Audiencia Provincial de A Coruña. La defensa ha solicitado, por su parte, la absolución o que se le condene por un delito de homicidio alegando, entre otros atenuantes, miedo insuperable.

Para el principal imputado, la Fiscalía ha mantenido su petición de 25 años de prisión por cada uno de los delitos de asesinato que le imputa, más otros diez meses por sendos delitos de profanación de cadáveres y dos años por tenencia ilícita de armas.

De forma alternativa, ha pedido una condena por dos asesinatos sin ensañamiento, en ese caso 20 años por cada uno de los delitos, a los que se sumarían las peticiones de cárcel por profanación de cadáveres y tenencia ilícita de armas.

Según su tesis, José Ramón B.V. habría matado a las víctimas, Javier Toledo y Manuel Ramón Luaces, en su casa de la localidad coruñesa de Aranga, en noviembre de 2008, durante una discusión por una deuda de drogas.

Asimismo, sostiene que su mujer, María del Pilar P.R., y los otros acusados, Antonio F.B., Mónica M.S., Alberto S.R., Ana Belén F. y Yago S.H., "dada su amistad", le ayudaron a descuartizar y ocultar los cadáveres en una vivienda de su propiedad en Culleredo (A Coruña). Para ellos, solicita penas que oscilan entre los cinco años y los diez meses de prisión, mientras que las defensas reclaman la absolución.

PERITOS

El juicio ha concluido con los últimos testimonios de peritos, en concreto dos forenses, que confirmaron que las víctimas fallecieron debido a los disparos que recibieron en la cabeza y que dañaron órganos vitales.

También ratificaron la existencia de heridas con arma blanca, aunque no pudieron confirmar si fueron realizadas antes o después de que fallecieran las víctimas, así como golpes que no descartaron que pudieran haber sido realizados al recibir patadas.