Actualizado: domingo, 16 julio 2017 13:55

   Advierte que "algo va mal" en "un país más preocupado de ir a ver al rey con la camisa por fuera" que de diseñar "una administración eficiente"

   Se reafirma en que no optará al liderazgo del PSdeG y, sobre Besteiro, aclara que su partido "no mira para atrás salvo para respetar el pasado"

   SANTIAGO DE COMPOSTELA, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -

   "Creo que la elección directa sería básica, porque una parte de la imagen de las diputaciones como órganos prescindibles es que la gente no decide sobre ellas". Quien lo dice es el socialista Valentín González Formoso, presidente de la institución provincial de A Coruña desde hace dos años y defensor no tanto de la entidad en sí como de las funciones que presta y de la importancia que tiene para los municipios.

   De hecho, en una entrevista concedida a Europa Press, rechaza "el simplismo" de plantear su supresión, pensando en qué departamento prestará "con garantías" sus servicios y amparándose en una eficiencia económica que, asegura, no es tal. "No me vale el discurso populista de Ciudadanos de que nos ahorramos 8.000 millones de euros, porque no se ahorra prácticamente nada. Salvo que se quiera despedir a la gente, pero entonces es otro modelo de país", advierte.

   Tampoco comparte la postura del BNG, su socio de gobierno y con el que mantiene una relación "inmejorable", en contra de la existencia de estos entes, pero no constituye un problema para Formoso. Y es que, como sostiene, los nacionalistas coinciden "al 100%" con los socialistas en la relevancia de atender las necesidades de los ayuntamientos "más allá de apriorismos" sobre la arquitectura institucional.

   Sobre ese diseño reflexiona, con las diputaciones en el centro, cuando señala que "algo va mal" en "un país que está más preocupado de ir a ver al rey con la camisa por fuera que de sentarse a diseñar una administración eficiente al servicio de los ciudadanos". Así, cuestiona que acudan "ocho instituciones para prestar la misma función" cuando se produce un accidente medioambiental y, desde A Coruña, que tenga que haber "una delegación del gobierno a 500 metros de una subdelegación".

   Éstas y otras "muchísimas" cosas, reivindica, hay que modificarlas. "Pero si damos más importancia a la imagen, a la estética y a los eslóganes que al fondo es que algo está funcionando mal", juzga, mientras hace hincapié en que, entre las cuestiones que deberían ser sometidas a reforma, está el sistema de designación de los diputados provinciales. "Habría que debatir la fórmula de elección directa dentro del diseño de la institución, junto con las funciones a preservar", concreta.

"EXPERIENCIA IMPRESIONANTE"

   Tras 10 años al frente de la alcaldía de su pueblo, As Pontes, subraya la "experiencia en lo personal impresionante" de liderar la Diputación de A Coruña. "Te transforma como gestor público", enfatiza, para poner en valor el cambio en "la forma de gobernar" que ha imprimido al organismo el equipo PSOE-BNG que capitanea.

   A modo de ejemplo alude al plan único, por el que se invierten 71 millones de euros en la provincia tanto en servicios públicos como en las cuestiones que deciden los propios ayuntamientos. "Pasamos de inaugurar campos de hierba artificial a financiar nóminas de profesores de escuelas infantiles municipales o del servicio de ayuda a domicilio para atender a los mayores", destaca, partidario de que la diputación "ceda protagonismo" en favor de la "autonomía" local.

   En paralelo, esta entidad financia la deuda de los ayuntamientos "a coste cero", lo que supondrá que este mandato acabe con "todos" los ayuntamientos de la provincia, "salvo uno", saneados en cuanto a su pago a proveedores, y con una deuda bancaria "enormemente reducida".

   El plan de empleo que llegará a 3.000 personas es la otra pata de su proyecto, y abarca financiación de personal municipal, apoyo a emprendedores y ayudas a las empresas que quieran contratar. La institución, como explica, aporta el 75 por ciento del coste de la persona que seleccione cada compañía, una vía pensada para que esos trabajadores sigan en su puesto al terminar el subsidio. "Es una línea en la que tenemos mucha esperanza", resalta.

RELACIÓN CON LA XUNTA

   En el lado opuesto, lamenta el ritmo que marca la burocracia a la "recuperación" del servicio público de bomberos y a la cesión a la universidad herculina de una residencia pública para estudiantes. También denuncia la falta de "responsabilidad" de la Consellería de Educación al no asumir los dos institutos que actualmente gestiona la diputación, a pesar de que ésta se compromete a seguir financiando su coste.

   En cambio, saluda "la voluntad" de la Consellería de Política Social de recibir dos centros de menores que se encuentran en la misma situación, lo que, apostilla, "es una anomalía", dado que las competencias son autonómicas. "Creo que llegaremos a algún tipo de acuerdo", valora González Formoso.

   A nivel general, califica su relación con la Xunta de "buena, correcta", pese a "desacuerdos" en ciertas decisiones; y no tiene la "percepción" de que se produzcan dificultades por tener un color político distinto. Con todo, las diferencias ideológicas, agrega, llevan a que materializar proyectos como los mencionados sea "más complejo".

FUERA DEL PLANO AUTONÓMICO

   En un momento en que está teniendo un papel preponderante en el combate contra la decisión de la Xunta de cerrar centros educativos, descarta postularse para dar la batalla a Feijóo en el plano autonómico. "Para nada", sentencia, no sólo porque en su partido, el PSdeG, haya "gente con muchísima más valía y capacidad", sino también porque le quedan al menos "dos años" de "contrato" con su pueblo y con la provincia.

   A partir de ahí, en 2019, reflexionará sobre su futuro tanto a nivel personal como en su agrupación, sin perder de vista que la limitación de mandatos "no es una mala política". "Es verdad que por el camino se pierden buenos alcaldes, pero probablemente se ganan gestores para otras instituciones públicas", aduce.

   Al hilo de la elección del nuevo líder del PSdeG, declina apuntar nombres, pero avanza que "en los próximos días" se irán conociendo. Tampoco ha animado a nadie a dar el paso. "Lo único, me he desanimado a mí mismo", bromea.

   En este escenario, sobre las posibilidades de José Ramón Gómez Besteiro de volver a liderar la organización, da por hecho que "siempre" se contará con él una vez solvente los frentes judiciales que mantiene abiertos, pero esgrime que el PSOE "mira siempre para el futuro" y "no mira para atrás salvo para respetar el pasado".

   A partir de ahora, razona, el partido pondrá en marcha sus procesos de primarias y congreso, de los que saldrá una nueva dirección "que seguro va a estar inyectada de ilusión". La misma que, desde su óptica, representa Pedro Sánchez y que llevará al PSOE a "ser alternativa de gobierno" en la medida en que sea "capaz de proponer alternativas creíbles con cantidades económicas al lado de cada propuesta".

¿CUÁNDO SE DIMITE?

   Después de abordar la situación de Besteiro, González Formoso se muestra favorable a "un criterio regulado públicamente" que marque cuando un cargo público "debe ceder su puesto" a raíz de una investigación judicial. Sobre todo, profundiza, en un momento en el que se está viviendo "una vorágine curiosa" con respecto a ello.

   De lo contrario, como alerta el socialista, las imputaciones se convertirán en "un arma poderosísima para apartar" a un adversario político. "Hay que racionalizar", argumenta.

   Y es que, a su entender, en un sistema tan "garantista" como el español "es muy fácil que se produzca una imputación", un momento procesal durante el cual se investigan hechos denunciados con una mínima base. "Otra cosa es una condena, que sólo se produce cuando hay pruebas", resuelve.

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