Un hombre acusado de estafar 56.000 euros en textiles: “Aquí el estafado soy yo"

La dueña de la fábrica dice que la firma viguesa para la que hicieron las prendas le afirmó que el acusado "manipuló por los dos lados"

Juicio en Vigo por estafa textil.
EUROPA PRESS
Europa Press Galicia
Actualizado: martes, 10 marzo 2015 15:58

VIGO, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -

Un hombre acusado de estafar casi 56.000 euros en partidas textiles a una empresa de Portugal, a la que supuestamente dijo que mantenía relaciones comerciales con la firma El Secreto del Mar (fundada por el exconselleiro Javier Guerra, y que comercializaba la marca El Niño), ha negado rotundamente todos los cargos y ha asegurado en el juicio: "Aquí el estafado soy yo".

La vista ha tenido lugar este martes en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, donde el hombre, Jaime B.R., ha mantenido que fue contratado verbalmente por la empresa El Secreto del Mar para tareas de diseño y comercialización. Además, ha indicado que cerró con ésta la venta por 30.000 euros de una marca de su propiedad, cantidad que, ha aseverado, nunca le fue abonada.

Así las cosas, ha reconocido que en 2007 pidió muestras --aunque no la producción-- de camisetas a la firma portuguesa Cristêxtil Confecção, pero ha insistido en que todas las operaciones, incluido el encargo de estas partidas de ropa, estaban "a cargo" de una empleada de O Segredo do Mar, planta de la empresa viguesa en Portugal.

Esta mujer, que ha intervenido este martes como testigo, ha dicho ser secretaria en un departamento de esta compañía, a la que entró Jaime B.R. como su superior. Así, ha señalado que el acusado inició el contacto entre O Segredo do Mar y Cristêxtil y ella se encargaba de trámites "siempre siguiendo instrucciones" de él, algo que ha corroborado el gerente.

En concreto, el responsable ha asegurado la secretaria no tenía potestad para acordar precios y que él no sabía ni autorizó a Jaime B.R. a ordenar ninguna producción y, por eso, cuando recibieron las facturas, le pidió al acusado que aclarase a la fábrica portuguesa que las facturas no eran de O Segredo do Mar. Igualmente, ha testificado que Jaime B.R. "se anticipó" sobre la compra de su marca y ha aclarado que la empresa le dijo que no quería adquirirla.

El juicio, que ya había sido aplazado el pasado mes de diciembre de 2014 después de que el abogado del acusado renunciase a la defensa, ha vuelto a ser suspendido este martes al faltar uno de los testigos y se reanudará el próximo 24 de marzo a las 11,00 horas.

LA MERCANCÍA

El acusado ha mantenido que tanto la mercancía por la que se sigue el juicio, como las facturas por ésta, fueron recogidas en la fábrica de Portugal por un camión, que la dejó en el almacén de la empresa de la ciudad olívica.

La propietaria de la fábrica portuguesa ha confirmado que la mercancía fue entregada en la sede de El Secreto del Mar, en Vigo, donde también entregaron las facturas a nombre de esta empresa. No obstante, ha transmitido que Jaime B.R. les pidió que las cambiasen a nombre de una compañía de su propiedad por supuestos problemas con la empresa de Vigo, y les indicó que tenía otros proyectos "más ambiciosos", por los que iba a trabajar para marcas como Loewe.

Sin embargo, la responsable ha explicado que tras 30 días sin recibir el pago se pusieron en contacto con el acusado, momento en que éste les dijo que tenía "un problema pasajero que iba a arreglar". "Después desapareció", ha aseverado la propietaria, que ha insistido en que "era imposible contactar con él".

Con estas circunstancias, la mujer ha señalado que se dirigió a la empresa viguesa, que le dijo que el acusado "manipuló por los dos lados" pues "ellos también habían sido manipulados". Además, aunque le reconocieron que Jaime B.R. era su empleado, le aseguraron que no tenía "derecho" a comprar en nombre de la compañía.

PENAS

La Fiscalía considera a Jaime B.R. autor de una estafa por un importe total de casi 56.000 euros, y, por ello, ha solicitado para él tres años de prisión, así como el pago de la mercancía, en concepto de responsabilidad civil.

La acusación particular también le ha culpado del mismo delito, agravado por el valor del importe, y ha pedido para él cuatro años y seis meses de prisión, además de una multa a razón de 12 euros diarios durante seis meses, y una indemnización por el mismo concepto de las partidas textiles.

Por su parte, la abogada de la defensa ha negado rotundamente cualquier delito o falta por parte de su cliente, y ha asegurado que, por tanto, "no procede pena" alguna, sino su libre absolución.

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