Inmigración.- Santiago acogerá mañana una concentración solidaria y para pedir otra política que ayude a la integración

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Foro Galego de Inmigración, que agrupa a un total de 56 asociaciones y entidades de toda Galicia, convoca para mañana, en Santiago de Compostela, una concentración en solidaridad con las personas inmigrantes, con especial mención a quienes llegan en 'cayucos' a las costas de Canarias, y para demandar otra política que ayude a la integración de los extranjeros con independencia de su lugar de procedencia.

Así lo explicaron hoy, en la capital gallega, los portavoces de este foro, Miguel Fernández y Mari Carmen Fidalgo, quienes también defendieron la necesidad de una reforma de la Ley de Extranjería, que facilite la integración de los inmigrantes, incluidos los 800.000 sin papeles que ya están actualmente en España. En el caso de Galicia, apuntaron que hay constancia de 71.000 extranjeros, incluidos los de países comunitarios, y calcularon entre 12.000 y 15.000 irregulares.

La movilización tendrá lugar mañana, a las 20.30 horas, en la Praza do Toural de Santiago y, según explicaron hoy los portavoces del Foro Galego de Inmigración, tendrá un carácter "solidario" porque quieren transmitir que "la gente no emigra porque quiere", sino que detrás hay situaciones complejas. Además, alertaron de "cierto desprecio" que se produce hacia los extranjeros procedentes de África, a quienes no se trata igual que a los inmigrantes procedentes de otros puntos, como Latinoamérica.

También expusieron que la movilización pretende reivindicar que la inmigración "no se plantee como un problema al que se le da una respuesta represiva", sino que se debe afrontar desde "una política distinta" orientada a la integración de quienes llegan de fuera para instalarse en España.

LEY "MENOS RESTRICTIVA"

Por ello, los portavoces del Foro Galego de Inmigración defendieron cambiar la Ley de Extranjería, "no para endurecerla, sino para facilitar la integración" y hacer que la legislación sea "menos restrictiva" para propiciar la regularización progresiva de quienes llegan al país.

Miguel Fernández declaró que pensar que en España, un país con casi 44 millones de habitantes, acoger a "30.000 personas al año" es es un problema parece "un chiste" y es "intolerable". "Es un problema de poner recursos", manifestó. Insistió en que los extranjeros residentes en España, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) son medio millón, por lo que rechazó que su influencia pueda ser un problema, ya que, en muchos casos, cubren puestos de trabajo básicos que sino estarían vacantes y generan riqueza para el país.

Los portavoces del Foro Galego de Inmigración se mostraron críticos con la actitud de los políticos y el enfoque mediático que se da a la situación que viven quienes llegan a España en 'cayucos' desde Europa o en "trenes patera' desde Centroeuropa, ya que se hace un discurso que da la idea de "invasión" y que vincula a la inmigración con la delincuencia o la marginalidad que está calando en la sociedad y puede ser "caldo de cultivo para la extrema derecha" y el racismo.

REGULARIZACIÓN

Por ello, alertaron de que se debe propiciar "el respeto a los derechos humanos" de estas personas y no su marginación o su rechazo por razones racistas, al tiempo que apuntaron que son necesarios "más centros de acogida, no de reclusión", ya que estas personas "no son delincuentes.

Aunque "esperan" una nueva regularización extraordinaria de inmigrantes a partir de la modificación de la legislación vigente para su adaptación a la realidad, los portavoces del Foro Galego de Inmigración defendieron que "las regularizaciones deben ser de forma natural y ordinaria", una vez los inmigrantes están aquí y acreditan que están integrados, ya sea porque tienen una oferta de trabajo o porque tienen familiares o llevan años residiendo en España. "Ahora se dan situaciones absurdas", apuntaron.

Respecto a la idoneidad de afrontar una política de inmigración de ámbito europeo, los representantes del Foro advirtieron que el enfoque que se da es "una política de control de fronteras y vigilancia" y defendieron que "hacer políticas globales para realidades diferentes es problemático".