Pleno.- Touriño coincide con PP y BNG en la "urgencia" de debatir "a fondo" la participación electoral de los emigrantes

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, admitió hoy la necesidad "urgente" de promover un "debate a fondo" sobre el ámbito de participación electoral de los emigrantes con el objetivo de "sintonizar con la opinión democrática mayoritaria" y con el propio "sentir de la Cámara" autonómica.

Se trata de la principal conclusión de su comparecencia de más de dos horas y media en el Parlamento para informar de su reciente viaje a Argentina y Uruguay, en un debate que, pese a las críticas intercambiadas con la oposición por el "electoralismo" denunciado por el PPdeG, culminó con el consenso en torno a la obligación de replantear el alcance del concurso del Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA).

En su turno de cierre, Touriño reivindicó su apuesta por "avanzar en la regulación" de las papeletas procedentes del exterior mediante el voto en urna --"mi mayor deseo como presidente es conseguir cuanto antes ese derecho", declaró--, pero admitió que "comparte" con su socio de Gobierno y con los populares que es preciso "abrir un debate a fondo sobre la participación de los emigrantes en los procesos electorales".

En este sentido, asumió la necesidad de "poner en común" las opiniones al respecto y "decidir" con la finalidad de "sintonizar con la opinión democrática mayoritaria". "Es un debate inexcusable, pendiente y urgente", reconoció, en línea con el "sentir mayoritario de la Cámara".

COINCIDENCIA EN PP Y BNG.

Así, tanto el presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, como el portavoz parlamentario del BNG, Carlos Aymerich, propusieron replantear el concurso del CERA, especialmente ante las reformas legislativas que permitirán ampliar la nacionalidad a los nietos. No obstante, ninguno de los partidos cuestionó la apuesta por que las terceras generaciones adquieran el origen español, sino su capacidad de decisión en comicios como los municipales.

"Nacionalidad a los nietos, sí, pero hay que abrir una reflexión acerca de que de entrada tengan derecho a voto", declaró Feijóo, quien pidió aparcar "electoralismos" para consensuar en la ley electoral una posible limitación para "decidir en los municipios" a aquellos que "no nacieron ni residieron en ellos, y probablemente no lo harán nunca".

Mientras, Aymerich consideró que "no es lógico" que quienes no habitan ni tienen previsto hacerlo tomen parte en unos comicios locales e instó a los partidos a "pronunciarse" sobre esta cuestión, "también en el Congreso". "Nacionalidad sí, pero hay que desligarla del derecho a sufragio", apuntó, tras lo que censuró que los gallegos que "viven en Cataluña o en Canarias" carezcan del derecho a decidir en sus municipios de origen.

Por todo, apeló a evitar "que se diga que no da tiempo" mediante una batería legislativa que dé cuerpo a las "demandas de la sociedad gallega" en esta materia, entre las que incluyó la apuesta por que el colectivo exterior compute en el reparto de escaños. El propio Feijóo se sumó a esta propuesta y añadió la de que "cuenten también a efectos de financiación". "Lamento que su presidente no le proponga esto", transmitió al portavoz nacionalista.

DEFENSA INSTITUCIONAL.

No obstante, en su intervención Touriño instó a "no poner en riesgo por malas interpretaciones" el posicionamento de los grupos ante la emigración, en el que detectó un "grado de coincidencia que se produce en pocas materias". "Ese nivel de acuerdo debe ser defendido de toda contaminación partidaria, tentación bastarda y mezquina que sólo provoca división en un asunto que debe ser de país", declaró.

Por ello, advirtió de que "no flaqueará" ante las críticas y aseveró que, "sin renunciar a las reformas necesarias en el Congreso", en la comunidad es preciso afianzar un frente común al que se incorpore la oposición: "No tiene sentido dividir por un corto espacio electoral, por lo que les invito a cambiar su desnorte y defender Galicia junto con su presidente".

Además, en respuesta a las críticas por su último viaje, aprovechó para proclamar que "este presidente nunca introdujo actos electorales ni de partido y nunca lo hará, porque es una norma de ética". Una palabra que, según él, "puede despistar a la oposición, que todavía tiene que hacer un esfuerzo de renovación en ese sentido". "Nunca utilizaré la presencia exterior en beneficio de un interés electoral", garantizó.

En su opinión, "hay un giro copernicano a la norma habitual de comportamiento del Gobierno anterior", que probó con parte de los titulares de prensa que arrojaron las tres visitas realizadas por Manuel Fraga al Cono Sur en el primer lustro del siglo XXI, "todas muy próximas a períodos electorales". "No tienen una mirada limpia, siguen viendo a los emigrantes como seres inferiores", censuró.

A mayores, reivindicó la reforma de la nacionalidad --que se aprobará esta legislatura y cuya entrada en vigor se producirá un año después de su publicación en el BOE-- por cuanto permitirá "consolidar un tejido que depende de los vínculos con el país de origen". "Si nos privamos de ellos, el tiempo terminará por romper los hilos que nos unen con la emigración y destragaremos un activo humano de incalculable valor", advirtió.

RECHAZO DE DUDAS.

Por ello, apeló a "dejar fuera de toda duda y sospecha" la acción exterior, después de que Núñez Feijóo mantuviese que con estas invitaciones "intentará convencer a su Gobierno". "Este cuestionamiento reiterado a los viajes del presidente pincha en hueso porque mi obligación indeclinable es velar por los intereses de los gallegos estén donde estén", declaró, tras lo recomendó al líder del PPdeG "paciencia, porque vendrán más", concretamente a Cuba y México en el mes de diciembre.

No obstante, el líder del PPdeG insitió en que su presencia "electoralista" antecede a la prevista por Zapatero para "beneficiar a los intereses del PSOE" y recordó las críticas que los propios nacionalistas dedicaron al viaje del presidente. Sin embargo, en su intervención de hoy, el portavoz nacionalista se limitó a demandar las reformas necesarias para "solucionar las sombras" que se ciernen sobre la utilización de la emigración.

"No es una crítica al viaje, es un problema que siempre ha estado y que es objetivo", mantuvo Carlos Aymerich, quien alertó también de que el propio procedimiento de votación de la diáspora "alienta al fraude y amenaza con agravarse". Por ello, insistió en la necesidad de dar cumplimiento al Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior y, además de regular las urnas, "dilucidar quién tiene derecho a votar".