PONTEVEDRA, 13 Dic. (EUROPA PRESS) -
El banco marisquero de Combarro, en Poio (Pontevedra), no volverá a estar completamente operativo hasta el verano de 2008, según la estimación de las agrupaciones de mariscadores del fondo de la ría de Pontevedra. Desde que resultara afectado por las riadas de 2006, el sector ha tardado un año en volver a faenar en la zona y no podrá resembrar el arenal hasta la próxima primavera.
Los mariscadores a pie de los pósitos de San Telmo, Lourizán y Poio reanudaron la actividad extractiva en ese punto, de donde recogieron "muy poca mercancía, pero de buena calidad", explicaron las presidentas de las agrupaciones de Lourizán y Poio, María Jesús Martínez y Elena Camiño. Ambas coincidieron en señalar las dificultades para recoger las cuotas, establecidas en dos kilos de almeja fina, otros siete de japónica y cinco de berberecho.
La próxima jornada de marisqueo está fijada para el 26 de diciembre. Mientras tanto, el sector volverá mañana a realizar labores de limpieza subvencionadas, que continuarán el lunes y martes de la próxima semana, y el 23 de este mes.
En este sentido, María Jesús Martínez señaló que "la campaña de Navidad de este año no se aproxima en nada a la del año pasado", por la reducción de días de faena a causa de las zonas afectadas por las riadas y la declaración del arenal de Lourizán como zona C de marisqueo.
Por eso, la presidenta de las mariscadoras a pie de Lourizán espera que en dos meses puedan recuperar la catalogación de zona B, desde la entrada en funcionamiento de la depuradora de Placeres.
En cuanto al banco marisquero de Combarro, los pósitos que faenan en el plan conjunto cuentan con una subvención "muy importante" de la Consellería de Pesca para regenerar la zona, lo que supondrá realizar un depósito de arena tras la retirada del lodo que aún se acumula en la zona, y la siembra posterior de semilla de molusco. Para evitar que la mercancía resulte afectada por el mal tiempo o las heladas, los pósitos esperarán a la próxima primavera, precisó María Jesús Martínez.
Por su parte, Elena Camiño lamentó que todavía persisten los efectos de la riada de 2006, puesto que el terreno en parte de la zona donde se reabrió la actividad extractiva es "lodo puro", lo que hizo que las mariscadoras "se enterraban hasta las rodillas" y no pudiesen extraer bivalvo, que no sobrevivió al temporal.
