Pesca.- Un marinero dice que ahora "la vida se ve de otra manera" y muestra su felicidad por la liberación del 'Ariana'

Asegura que durante los 47 días de secuestro se le pasó "de todo" por la cabeza

Europa Press Galicia
Actualizado: jueves, 26 noviembre 2009 19:35

VIGO, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

El marinero del 'Alakrana' Pablo Costas aseguró hoy que "todavía está aterrizando" tras su vuelta a casa después de 47 días de secuestro por piratas somalíes, una experiencia que "te hace cambiar la visión de muchas cosas que tienes aquí", al tiempo que también mostró su "felicidad" por la liberación del mercante 'Ariana', con cuya tripulación tuvieron contacto mientras ambos buques estuvieron retenidos.

En declaraciones a Europa Press, este marinero residente en Gondomar (Pontevedra) aseguró que tanto él como su familia están "mucho mejor" y que, tras haber prestado declaración ayer en Vigo ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, está ya "más aliviado" y deseando "olvidarse ya" de todo lo relacionado con el secuestro. En todo caso, destacó que ahora "la vida se ve de otra manera".

El marinero recordó que ayer los tripulantes gallegos del 'Alakrana' denunciaron la situación de otras personas retenidas por piratas en otros buques, como es el caso del mercante 'Ariana', y, tras conocer que los corsarios han anunciado la liberación del barco, aseguró que los marineros del atunero "están muy felices". "Habíamos visto que si nosotros estábamos mal, ellos estaban bastante peor", apostilló.

Así, recordó que los marineros pudieron hablar con la tripulación del mercante, a la que suministraron alimentos y gasoil, y ver cómo la mujer les hacía señas para que se llevasen con ellos a una niña. Así, destacó la importancia de denunciar públicamente estas situaciones ya que, de lo contrario, "seguirían allí".

"EL ÍNDICO ES MUY GRANDE"

Costas afirmó que "el Índico es muy grande" y que "hay bastantes barcos viejos, rotos, varados y que se quedan ahí" porque, una vez secuestrados, sus armadores se desentienden de ellos. Así, consideró que la Operación Atalanta se queda pequeña y "no hace nada".

Según afirmó, este operativo "sólo está en la costa de Somalia", mientras que los piratas se mueven por más zonas. "El problema hay que cortarlo de raíz y así no lo van a cortar", añadió, para reclamar a las organizaciones internacionales que actúen para luchar contra la piratería, ya que perjudica a embarcaciones de diversos países.

EN EL CAMAROTE

Pablo Costas afirmó que en los primeros días de secuestro estuvo, junto a otros compañeros, en el comedor del barco, pero que después los piratas les llevaron a cada uno a su camarote. "A veces aprovechabas e ibas un rato donde otro compañero y luego te volvías a tu camarote", precisó, para explicar que pasaban el tiempo "leyendo día y noche, porque no dormían mucho. "Podías dormir, pero no eras capaz", explicó.

En este sentido, explicó que todavía no puede gozar de un buen descanso, puesto que se despierta varias veces a lo largo de la noche, aunque está tomando medicación para poder conciliar el sueño.

Por otra parte, también destacó que uno de los captores tenía una radio y que la encendían de vez en cuando para enterarse de lo que se decía sobre su situación. "Pero lo que oías a veces era peor", ya que no les transmitía esperanzas, e indicó: "Llevábamos 40 días y decían que todo iba bien" y añadió que en el tiempo que permaneció retenido se le pasó "de todo por la cabeza".

En el momento de la liberación, explicó que los piratas no les dijeron nada, sino que "se fueron marchando poco a poco" y, tras abandonar el barco los últimos, el atunero levó el ancla para comenzar su marcha. En ese momento, afirmó haber sentido una mezcla de "miedo y alivio", hasta que llegaron los militares.

"PENSANDO" SI VOLVER

Una vez España, afirmó que "todos alucinaron cuando llegaron" ya que el apoyo encontrado no se lo esperaban. Por ello, al igual que ya hizo ayer, dio "muchas gracias a toda España, por cómo se volcó" la gente con ellos.

Costas se había dedicado a la pesca de bajura hasta que, hace dos años, vendió su embarcación para dedicarse al atún. Después de 47 días secuestrado, ahora afirma estarse "pensando" si volver al Índico ya que, según precisó, su mujer "no está por la labor".

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