Pesca.- Pladimega y Arousa-Norte aseguran vender al mismo precio que hace 10 años pero sin regalar el 8% habitual

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -

Las organizaciones de bateeiros Pladimega y Arousa-Norte aseguraron hoy que venden mejillón a la industria transformadora --cocederos y conserveras-- al mismo precio que hace diez años, una realidad que, a su juicio, se puede demostrar con las facturas emitidas desde 1998, según manifestó a Europa Press el portavoz de la plataforma, Julián García.

No obstante, los productores acordaron el domingo anular el "plus" que, hasta el 1 de agosto, regalaban a las empresas de cocción y de enlatado del molusco bivalvo, a las que entregaban un ocho por ciento más de recurso del solicitado.

"Al descuento que se le aplica al mejillón por la suciedad que acumula en el exterior se añadía un regalo del ocho por ciento de la mercancía", explicó a Europa Press uno de los directivos de Federación Arousa-Norte. "Es como una oferta del 2x1 de un supermercado, algún día se acaba", aseguró.

Las dos organizaciones de bateeiros reflejaron actitudes distintas ante la amenaza de las conserveras de no adquirir más mejillón gallego y la denuncias de encarecimiento "inasumible" de la materia prima que realizaron hoy los cocederos --que precisamente cifraban en un ocho por ciento el incremento aplicado al molusco en origen--.

Por su parte, Pladimega se reunirá a las 19.00 horas con los cocederos en Vilagarcía de Arousa (Pontevedra). Según destacó su portavoz, ofrecerán a estas empresas una reducción de la proporción de cálculo en los pedidos cubiertos por los bateeiros. Hasta la fecha, un cocedero tenía derecho a percibir una indemnización si el productor superaba en un 20 o 25 por ciento la cantidad de molusco demandada. La propuesta de Pladimega será rebajar ese porcentaje al diez por ciento.

García confió en que los cocederos no tendrán "inconveniente" en reanudar su trabajo, dado que sólo uno está realizando pedidos desde el lunes, una vez las conseveras hagan lo propio porque únicamente "algunas" reiniciaron la actividad.

"Desde 1998 no se le tocó a la tabla de precios, que recoge 240 referencias distintas", subrayó el portavoz de Pladimega, quien apuntó que el mejillón oscila entre un máximo de 68 céntimos y un mínimo de 25 céntimos el kilo. Entre ambos importes, hay una gradación de más de dos centenares de precios, que dependen del tamaño, proporción de basura, calibre de la vianda y muchos factores más.

DIÁLOGO CON EL CLIENTE

La postura de Federación Arousa-Norte dependerá de las conversaciones que mantengan con cocederos y conserveras, agentes con los que esperan reunirse "tanto en las próximas horas como en los próximos días", según confirmó uno de sus directivos. Según aclaró, Arousa-Norte abordará la cuestión con las empresas del sector y, aunque su pretensión es ratificar la anulación del plus de mejillón regalado hasta la fecha, todo dependerá de la valoración de la crisis que realicen cocederos y conserveras. "Tampoco podemos tener el producto más caro de todos", afirmó.

López Durán señaló que esta misma tarde trasladará los detalles de la situación al presidente de la federación, Manuel Franco, y que prevé contactar con el secretario xeral de Anfaco (Asociación de Fabricantes de Conservas de Pescados y Mariscos), Juan Vieites, al final de esta jornada. El directivo de Arousa-Norte, entidad que aglutina a siete asociaciones y al 12 por ciento de las bateas registradas en Galicia, aseguró que a finales de semana se comprobará si el mejillón se está vendiendo "dentro de la normalidad".

"Tendríamos --todos los bateeiros gallegos-- que estar sacando unas 75 barcadas diarias de 15.000 kilos de mejillón", señaló en relación a un periodo del año, comprendido entre agosto y noviembre, en el que las ventas de molusco bivalvo se incrementan dada su mayor calidad.

Con respecto al cruce de acusaciones entre conserveras, cocederos y bateeiros, López Durán afirmó que no es más que "un reajuste entre productor y cliente" cuya trascendencia minimizó en relación al enfrentamiento que mantuvieron, durante más de mes y medio, los productores de mejillón gallegos.