Foto: CONSELL DE MALLORCA
PALMA DE MALLORCA, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
El bailarín del American Ballet Theater Daniil Simkin será el protagonista, junto a la bailarina del Ballet Nacional de Irlanda Ryoko Yagyu, del ballet 'El cascanueces' de Piotr Ilich Chaikovski, que se representará en el Teatre Principal este viernes a las 20.30 horas; el sábado, a las 19.00 horas y el domingo, a las 18.00 horas.
En una rueda de prensa, que ha tenido lugar este lunes, el director artístico del Teatre Principal, José María Moreno, ha explicado que Simkin es considerado, en la actualidad, uno de los grandes bailarines mundiales, hasta el punto de que algunos medios especializados se refieren a él como el 'nuevo Nureyev'.
Moreno ha destacado la "gran apuesta" del Principal en favor de esta modalidad artística, y ha recordado "el éxito" que supuso, la pasada temporada, la celebración de la 'Gala de Ballet'.
La repercusión de este espectáculo ha hecho posible, según Moreno, que, este año, el Principal "haya llevado a cabo dos producciones propias de ballet", que son concretamente 'El cascanueces' y 'Romeo y Julieta'.
Cabe destacar que la dirección del espectáculo ha sido asumida por Laura Macías y Gavin de Paor, mientras que el cuadro de bailarines lo completan, entre otros, Laura Álvarez, Tamara Gutiérrez, Ricardo Pereira y Jordi Arnau.
El montaje estará acompañado desde el foso del teatro de la Orquesta Sinfónica de Baleares 'Ciudad de Palma', dirigida, en esta ocasión, por José Ferreira, que supone, según Moreno, "la fórmula más adecuada en este tipo de representaciones".
Por su parte, Macías y De Paor han remarcado la importancia de acoger, en el escenario del Principal, estrellas de la talla de Daniil Simkin, que ayuden a consolidar la temporada de ballet en Palma.
Simkin ha coincidido con ellos y ha asegurado haber llegado a Mallorca "con toda la ilusión del mundo para participar en un espectáculo que forma parte de una temporada que alcanza nuevos e interesantes retos artísticos".
También se ha referido al Teatre Principal, y aunque ha admitido que su capacidad de aforo es inferior a la de los equipamientos escénicos donde actúa habitualmente, ha indicado que esta característica "permite al bailarín un mayor grado de recogimiento, y transmite más directamente la calidez del público".