Archivo - Autobús del TIB con destino Inca. - CAIB - Archivo
PALMA 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los conductores del TIB representados por el sindicato SATI han condenado los daños sufridos por siete autobuses en Alcúdia durante el primer día de huelga y han pedido que estas acciones "puntuales" y protagonizadas por "cuatro garbanzos negros" no "manche" las reivindicaciones de un sector formado por un millar de profesionales.
Así se ha manifestado en declaraciones a Europa Press el portavoz de la organización sindical, Juan Rodríguez, quien ha hecho una valoración "sobresaliente" del primer día de movilizaciones, que previsiblemente se repetirán los próximos lunes y miércoles.
El seguimiento del primer paro de 24 horas, ha asegurado, ha sido de casi el 100% de los trabajadores, de los que alrededor de 150 se han concentrado esta mañana frente a la Estación Intermodal de Palma.
Una movilización de esta envergadura, ha celebrado Rodríguez, no se había dado nunca en el sector, lo que les pone "a tope de moral" para tratar de conseguir las mejoras laborales que demandan a las empresas concesionarias del servicio interurbano de transporte público.
Esta mañana los representantes sindicales han acudido a cada una de las cocheras de las empresas concesionarias para informar a los trabajadores de sus derechos y asegurarse del cumplimiento de los servicios mínimos establecidos, del 60%.
INCIDENTES EN ALCÚDIA
El portavoz de SATI ha condenado los ataques sufridos por siete autobuses del TIB en Alcúdia, que han visto como el lanzamiento de piedras de "cuatro garbanzos negros" ha causado la rotura de varias lunas.
Rodríguez ha señalado que estos actos violentos han sido una cuestión "muy puntual" a lo largo de la jornada y ha pedido que no "manchen" las reivindicaciones de un sector integrado por cerca de un millar de personas.
También ha tendido la mano a la patronal para seguir negociando y conseguir que cambien su postura. De no conseguirlo, ha insistido, sería conveniente que el Govern interviniera.
No obstante, el portavoz del Ejecutivo autonómico, Antoni Costa, ha descartado esta posibilidad y se ha limitado a pedir "responsabilidad" a las dos partes.