La muestra, que se ha hecho en colaboración con Cataluña y Occitania, permanecerá abierta hasta el 30 de abril
PALMA, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Dirección Insular de Patrimonio del Consell ha abierto este sábado al público una exposición sobre la cultura oral vinculada al Pla de Sant Jordi.
Según ha informado el Consell en una nota de prensa, la Dirección Insular de Patrimonio ha abierto este sábado al público en el Liceo de Sant Jordi la exposición 'La cultura oral dels paisatges culturals agraris de l'Euroregió Pirineus-Mediterrnia'.
Se trata, ha señalado, de un proyecto colaborativo entre Mallorca, Cataluña y Occitania para documentar, poner en valor y dar a conocer, a través de las voces de los protagonistas, los oficios tradicionales ligados a los procesos de transformación paisajística del Pla de Sant Jordi, en Mallorca; el Priorat, en Cataluña y el Rayon de Rocafort (Larzac-Norte) en Occitania.
En la presentación, la consellera insular de Cultura, Patrimonio y Política Lingüística, Bel Busquets, ha destacado que el proyecto se ha hecho con voluntad de "recuperar todo lo relacionado con oficios tradicionales de la zona, desde el lenguaje específico hasta las tareas relacionadas, para conservarlo como patrimonio propio para generaciones futuras".
La exposición consta de 12 paneles (tipo rollup) donde se muestran imágenes históricas y actuales del Pla de Sant Jordi, del Priorat y del Rayon de Rocafort, explicaciones sobre los oficios tradicionales, así como las principales conclusiones de este proyecto, sobre todo en cuanto a la memoria, supervivencia y recuperación de estos oficios tradicionales. Además, se ha complementado con dos de las palas de un molino de viento de extracción de agua, dos piezas de piedra arenisca y una bala de alfalfa seca.
La coordinadora del proyecto, Aina Serrano, ha explicado que en el caso de Mallorca, y a partir de las entrevistas realizadas se han generado fichas de los oficios desarrollados el Pla de Sant Jordi como horticultor, vaquero, rompedor de piedra arenisca, constructor y reparador de molinos.
En Mallorca, se ha vaciado toda la documentación bibliográfica referente al Pla de Sant Jordi --monografías y publicaciones periódicas--. Asimismo, se ha buscado toda la cartografía publicada, con el fin de observar cuál ha sido la evolución urbanística del paisaje objeto de este proyecto. Y por último, se ha consultado el fondo fotográfico de Francisco Caimari --década de 1960-- y algunas fotografías cedidas por Micaela Sagrera y Margalida Rigo.
Además, se han registrado un total de 12 entrevistas a hombres y mujeres vinculados a la historia de Sant Jordi como el historiador Tomeu Carrió; el filólogo Dídac Martorell; Pep Capell, el último constructor de molinos que se ha podido localizar; los hortelanos Francisca Amengual, Pep Palou, Antonia Seguí y Rafel Barceló; Micaela Segrera, hija de rompedores de marés; Martí Salvá y Francisco Vic, rompedores de marés; Gori Cuellar, herrero y restaurador de molinos; y Miquel Ramis, hijo y nieto de reparadores de molinos que en la actualidad se dedica a ello.
Los socios de la Unidad del patrimonio histórico industrial del Consell en este proyecto han sido el Instituto Ramon Muntaner (IRMU), en colaboración con la asociación PRIORITAT, en Cataluña, y el Ayuntamiento de Roquefort-sur-Soulzon, a través de la entidad 'Le Saloir', por parte de Occitania.
Así, la muestra también permite conocer detalles de los otros dos territorios y sus oficios. El paisaje agrario elegido por el socio de Cataluña es el Priorat, comarca del sur de la comunidad situada entre las tierras del Ebro y el campo de Tarragona. Y por último, Occitania lleva al territorio del Rayon, concretamente en Rocafort, paisaje que ha evolucionado marcado por las mutaciones del sistema quesero de Rocafort.
EL PLA DE SANT JORDI
En el caso de Mallorca el paisaje agrario elegido ha sido el Pla de Sant Jordi. Esta zona de Palma, antiguamente llamada Prat de Sant Jordi o Prat d'en Catí, es una área de aproximadamente 55 kilómetros cuadrados, ubicada al este de la ciudad.
Hasta la mitad del siglo XIX, casi toda la zona era un salobrar con tres espacios pantanosos permanentes: s'Estany Blanc, Es Botxar de Son Mosson y Sa Bassa d'en Vidrier. A partir de 1850 se considera prácticamente desecado todo el Prat de Sant Jordi, lo que permite un aprovechamiento agrícola intensivo de las nuevas tierras que habían quedado al descubierto.
A principios del siglo XX, los principales cultivos fueron las hortalizas -el Pla de Sant Jordi fue llamado la despensa de Palma- y los forrajes por un gran contingente de vacas lecheras de raza frisona.
Uno de los protagonistas de esta esplendor agrícola es el molino de viento de extracción de agua. El ingeniero Paul Bouvij, en 1847, usó este ingenio para favorecer las tareas de desecación del Prat de Sant Jordi. Según los datos de que se disponen, el archiduque Luis Salvador calcula que en 1872 ya hay instalados en Mallorca 57 molinos de viento de extracción de agua, 36 de los cuales se encuentran en el Pla de Sant Jordi.
Actualmente, en el Pla de Sant Jordi ha disminuido de una manera considerable el espacio agrario, debido sobre todo a la construcción de grandes infraestructuras que dan servicio al municipio de Palma y a toda la isla. Todos estos factores han configurado un espacio en el que los elementos patrimoniales, tanto arquitectónicos, técnicos y, o bien, paisajísticos, están gravemente afectados.
