PALMA DE MALLORCA 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
El teniente de alcaldesa y concejal de Bienestar Social, Trabajo, Participación Ciudadana y Cultura de Palma, Eberhard Grosske, ha explicado que ayer abandonó la sala de plenos del Ayuntamiento al sentirse en "una situación kafkiana", en la que era como si "los ladrones interrogaran a la policía", y en la que se vio obligado, o bien a "decir cuatro cosas un poco fuertes", o bien a marcharse, por lo que optó por esta segunda posibilidad.
Grosske hizo estas declaraciones hoy a la prensa en alusión al momento en el que ayer se ausentó de la junta general de Emaya cuando debía votar a favor de la gestión realizada por la anterior presidenta de la empresa municipal, Cristina Cerdó. Precisamente, el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Palma, Julio Martínez, ha recriminado la acción de Grosske ha exigido su dimisión con el objetivo de procurar dar "estabilidad" a la acción de gobierno y "facilitar el diálogo" entre PSIB y PP.
El concejal indicó que el "incidente de ayer", "que no tiene nada que ver con la gobernabilidad", respondía al gesto del PP de tratar de "manipular el contenido de un acuerdo del informe de gestión". Así, ha explicado que se ausentó después de escuchar toda una serie de críticas y reproches a la gestión del actual equipo de gobierno, viniendo del bando 'popular', al cual ha achacado una gestión deficiente de la Empresa Funeraria Municipal (EFM).
En este sentido, ha apuntado que lo ocurrido en la junta general no viene tanto por el tema de Emaya, sino por el de EFM, del que ha afirmado que bastó con que los integrantes de la anterior gerencia -en alusión a la ex presidenta de la empresa, Marina Sans, y el ex gerente, Óscar Collado- "dejarán de robar" para que "saliera a flote".
"Teníamos un debate agrio por parte de quienes habían hundido la empresa a base de sacarle la pasta de forma ilegal, vendiendo barato, comprando caro y beneficiando a los amiguetes". "Fue un pleno difícil de digerir", ha apostillado.
Grosske ha asegurado que a Sans "le robaban de todas las maneras posibles" y ha agregado que "era una especie de laboratorio en el que todo estaba metido en el ajo". Así, ha puesto como ejemplo el caso de una factura de marzo de 2007, "a dos meses de las elecciones y con la empresa arruinada", de dos personas que se gastaron 370 euros en una comida para dos personas en un restaurante con cargo a la EFM.
Asimismo, el concejal ha criticado que Sans estuviera sentada en el la junta general del Consistorio, mientras el portavoz del PP "vapuleaba al gerente actual de la empresa".
"¿Y esta gente tiene valor de estar aquí increpando a un gerente y a una concejala que básicamente lo que han hecho es poner orden y dejar robar?", se ha preguntado el concejal, quien ha espetado que fue "un espectáculo" que le "producía sarpullidos". De este modo, ha añadido que se fue "para no decir todo esto en el pleno".
En cualquier caso, Grosske ha dicho que está "encantado" de "ver hasta qué punto" molesta al Grupo municipal Popular su presencia y ha añadido que la petición de su dimisión le "llena de satisfacción", si se tiene en cuenta "de quien viene" la demanda.