Los trabajadores de Emaya piden la dimisión de su presidente y reclaman a Isern que acabe con el "acoso" laboral

Actualizado: jueves, 26 enero 2012 14:41

PALMA DE MALLORCA, 26 Ene. (EUROPA PRESS) -

Los trabajadores de Emaya han pedido en el Pleno del Ayuntamiento de Palma la dimisión del presidente de la empresa, Andreu Garau, por su "incompetencia" para gestionar los recursos humanos de esta empresa pública en la que uno de los trabajadores Miguel Romero lleva 11 días encadenado en la sede, mientras que otro delegado de prevención José Lanciano está en huelga de hambre desde el pasado 21 de enero, con el fin de denunciar el "acoso" laboral.

El presidente del Comité de Empresa de USO, Julián Sánchez, ha asegurado que Garau "puede ser un gestor económico brillante, pero como gestor de recursos humanos es nefasto" y ha señalado que el alcalde, Mateu Isern, es el "máximo responsable" y "debe acabar con el acoso". Así, ha responsabilizado al primer edil "de lo que ocurra a los compañeros", en referencia al delegado de prevención que está encadenado y al que mantiene una huelga de hambre.

Durante su intervención, ha criticado las situaciones de "acoso laboral, el trato discriminatorio y la pasividad cuando no complicidad de la Dirección de la Empresa" ante estas situaciones, por lo que, a su juicio, es "momento de defender hasta las últimas consecuencias la dignidad de los trabajadores".

Desde que empezaron las protestas "no se ha dignado a bajar a preguntar y eso es suficiente para pedir la dimisión", ha asegurado el portavoz sindical en declaraciones a Europa Press previas a su intervención.

Respecto a la activación del protocolo de acoso que ha realizado la empresa, ha señalado que no se les ha "comunicado nada" y que "lo que tienen que hacer" es entregarlo por escrito y levantado actas como nos exigen a nosotros".

Este jueves por la mañana, se ha realizado una asamblea entre los trabajadores, que según Sánchez, "había sido avisada con tiempo suficiente", y esta vez "no se ha montado la tarima", "no se sabe si se ha hecho con o sin intención" pero se ha tenido que realizar "subidos a una escalera".

ENCADENADO A LA SEDE

Las protestas contra el "acoso laboral" en la sede de Emaya empezaron hace 11 días cuando un miembro del Comité y Delegado de Prevención de USO, Miguel Romero, se encadenó en una de las columnas. A esta queja se unió la de el también delegado de Prevención y miembro del Comité de Empresa de UGT, José Lanciano, que se declaró en huelga de hambre el pasado domingo a las 23.00 horas.

Lanciano empezó la acción de protesta porque "es el momento de defender hasta sus últimas consecuencias" la "dignidad como trabajadores" ya que debe cesar "el acoso laboral, y el trato discriminatorio".

Desde UGT destacan la "ausencia de criterios profesionales" y "la degradación del clima laboral" hacia las que la Dirección se muestra "pasiva" y a veces "cómplice". Según explican, la acción cuenta con el "pleno apoyo" de la representación de los trabajadores, de la mayoría del Comité de Empresa y de las Secciones Sindicales de USO, CCOO, USTE, UGT y CSIF en Emaya.

UNA ACTUACIÓN LAMENTABLE

Por su parte, la directiva de Emaya explicó el pasado lunes que se encuentra "estupefacta" y calificó de "lamentable" la actuación de los sindicatos, ya que, según remarcó, desde la empresa "se ha actuado según establece la ley y se ha activado el protocolo de actuación en caso de acoso", que quieren que esté "completamente implantado" antes de que acabe la semana, pero "a pesar de esto" siguen con las reivindicaciones a pie de calle, ha lamentado al respecto.

El responsable de Recursos Humanos de Emaya, Carlos Nadal, en declaraciones a Europa Press señaló que no entienden la posición de los sindicatos ya que, aunque se mostraron de acuerdo con que se estudiara el caso de presunto acoso por parte de la empresa, "siguen con su postura y reivindicaciones".