Abbas promete elecciones cuando se reconcilien las facciones palestinas

EP
Actualizado: jueves, 8 enero 2009 19:49


JERUSALÉN, 8 Ene. (Reuters/EP) -

El presidente palestino, Mahmud Abbas, cuyo mandato de cuatro años expira mañana según el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), afirmó hoy que si bien la Constitución palestina estipula que se han de celebrar comicios presidenciales y legislativos, éstos deberían llevarse a cabo una vez que se logre la reconciliación entre su facción, Al Fatá, y Hamás, que gobierna 'de facto' en la Franja de Gaza, donde la actual ofensiva israelí probablemente tendrá importantes consecuencias en el escenario político palestino.

"Pedimos la democracia, defendemos la democracia y, por lo tanto, en cuanto haya una reconciliación palestina habrá elecciones legislativas y presidenciales, juntas, al mismo tiempo", aseveró el dirigente tras reunirse en La Moncloa con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

Abbas defiende que su mandato no concluye hasta 2010. Hace un mes y medio, Yasir Abed Rabbo, asesor del presidente palestino, anunció que los comicios se convocarían a principios de este mes y se celebrarían en abril.

Ante la pregunta de si se presentará como candidato cuando finalmente se celebren unos comicios, Abbas, evasivo, declaró hoy en Madrid: "Nosotros no imponemos nuestra opinión a nadie".

Abbas fue elegido presidente de la Autoridad Palestina en enero de 2005 por un periodo de cuatro años, es decir, hasta principios de 2009, mientras que el Parlamento fue elegido en enero de 2006 y su legislatura acabaría, por lo tanto, al terminar 2009.

La Constitución palestina establece que el mandato del presidente es de cuatro años, pero la ley electoral dice que las elecciones legislativas y presidenciales deben celebrarse a la vez, y es este último dato es el que señala Abbas para justificar su postura.

Sin embargo, el primer ministro del Gobierno de Hamás en Gaza, Ismail Haniyeh, ha advertido de que no reconocerá la legitimidad de Abbas como presidente palestino después del 9 de enero. Según Haniyeh, Abbas debe ser sustituido en el cargo por el presidente del Parlamento, Abdel Aziz Dweik, quien se encuentra en una cárcel israelí.

EL CONFLICTO ECLIPSA LA POLÍTICA

La forma en que se desarrollen los acontecimientos bélicos en la Franja afectará a la capacidad de Abbas para proseguir con las conversaciones de paz con Israel, las cuales hasta ahora han resultado infructuosas, obteniendo sólo el escarnio de Hamás, que predica la resistencia armada.

Los ataques israelíes han eclipsado temporalmente la disputa entre Al Fatá y sus rivales islamistas sobre si el presidente de la Autoridad Palestina debe abandonar ahora su cargo. "Ahora tenemos un problema más grande que el del 9 de enero", dijo el portavoz de Hamás, Fawzi Barhum. "Nuestra prioridad es luchar en esta guerra que nos han impuesto y defender a nuestro pueblo", añadió.

Por su parte, Abbas, ha retrasado su decisión sobre cuándo se celebrarán los próximos comicios presidenciales, los cuales espera que sirvan para evitar que Hamás trate de derrocarle o desplazarle. Fuentes oficiales palestinas indicaron en Ramala que lo que preocupa ahora a Abbas es cómo poner fin a la guerra en Gaza.

Una vez que se logre un alto el fuego, pedirá a Hamás que se reanuden las negociaciones para la reconciliación nacional con la mediación de Egipto. Éstas fracasaron el pasado noviembre cuando Hamás decidió no acudir a una reunión por la negativa de Abbas a liberar a 400 de sus miembros detenidos por su Gobierno.

¿UNIÓN O DIVISIÓN?

Pero ante la difícil situación que atraviesan ahora los palestinos, el tema de la Presidencia podría cobrar relevancia. Mustafá Barghouti, un ex candidato presidencial independiente, aseguró que los palestinos ven la guerra de Gaza como algo que está dirigido contra todos ellos, no sólo contra Hamás. Israel, por lo tanto, podría acabar debilitando a la Autoridad Palestina en lugar de a Hamás, como pretende.

"Lo que ocurre en Gaza ha puesto de manifiesto la lucha entre las facciones por una autoridad que en realidad no existe porque se encuentra bajo una situación de ocupación" por parte de Israel, declaró a la agencia Reuters. "Ha hecho más profundo el sentimiento de que todos estamos ocupados y que debemos unirnos contra ello", destacó.

Sin embargo, la unidad de los palestinos no parece algo fácil de conseguir. Después de que Hamás ganase las elecciones de enero de 2006 y 18 meses más tarde expulsase de la Franja a las fuerzas de Al Fatá, surgió una crisis de gobierno que hizo que el control de Abbas se redujese a Cisjordania, territorio ocupado por Israel.

Pese a obtener la victoria electoral, la facción islámica fue marginada por las potencias occidentales por negarse a renunciar a la violencia y a aceptar acuerdos de paz interinos. Abbas, por su parte, nombró un nuevo ejecutivo en Cisjordania con miembros de Al Fatá.

Actualmente, los recelos persisten. Las fuerzas de seguridad de Al Fatá han limitado las manifestaciones de solidaridad con Gaza por miedo a que se conviertan en protestas contra Abbas. Por su parte, el Movimiento de Resistencia Islámica ha tomado duras medidas contra los partidarios de Al Fatá que aún quedan en la Franja, incluso durante la ofensiva israelí, contra la que Hamás lucha con fuerza con la pretensión de granjearse de paso apoyo político.

CONSECUENCIAS POLÍTICAS DE LA GUERRA

En el caso de que Hamás saliese reforzado de la operación militar israelí, esto supondría un problema para el presidente palestino, quien se vería entre la espada y la pared, intentando contentar a los islamistas y a Israel a un mismo tiempo.

Así lo pronosticó el analista político palestino Bassem Ezbidi, quien añadió que si ocurre lo contrario --que Hamás salga debilitado de la crisis--, el movimiento islamista probablemente seguiría actuando de forma clandestina, por lo que continuaría siendo un problema para Abbas.

POSTURA POCO CLARA DE ABBAS

Cuando Tel Aviv inició los bombardeos el pasado 27 de diciembre, el presidente palestino acusó a Hamás de haberlos provocado al violar la tregua que estuvo vigente en teoría durante medio año disparando cohetes contra el sur de Israel. Esto sorprendió y enfadó a muchos palestinos que atribuían al Estado hebreo el incumplimiento del alto el fuego por el hecho de continuar con el bloqueo de la Franja y por atacar a los milicianos.

Pero posteriormente Abbas suavizó su postura y optó por defender la necesidad de conseguir el cese inmediato de los enfrentamientos. "Ha intentado ir en la dirección en la que sopla el viento", opinó Nicholas Pelham, analista de la organización International Crisis Group. "Había asesores a su alrededor que vieron que se podían obtener beneficios de la humillación de Hamás en Gaza", añadió.

PROCESO DE PAZ

Respecto a la viabilidad de las negociaciones de la Autoridad Palestina que aspiran a aplicar la solución de establecer dos Estados --uno palestino y otro israelí-- que convivan en paz, el analista consideró que dependerá de qué ocurra finalmente en la Franja de Gaza. "Hay que preguntarse cuál es el alcance del proceso de paz si continúa la matanza en Gaza durante muchos más días" y si después se va a poder alcanzar la paz, planteó. "Y si no se puede, ¿cómo va a afectar a la legitimidad de Abbas?", se preguntó.

También hay que tener en cuenta los cambios que se van a producir en los gobiernos de Estados Unidos y de Israel. Mientras que en Israel se van a celebrar elecciones el 10 de febrero y Ehud Olmert va a abandonar su cargo de primer ministro, Barack Obama será dentro de unos días el nuevo inquilino de la Casa Blanca. El papel que desempeñen de aquí a un tiempo Tel Aviv y Washington en el proceso de paz será crucial para hacerse una idea de adónde puede llevar.