ROMA, 29 Oct. (EUROPAPRESS) -
El alcalde de Roma, Ignazio Marino, ha retirado este jueves su dimisión como alcalde de la capital italiana tres semanas después de anunciar su despedida por un escándalo sobre el pago de sus gastos de comida como político, enfrentándose de esta forma a su grupo político, el Partido Democrático (PD) y con el primer ministro italiano, Matteo Renzi.
Marino ya avisó el pasado 12 de octubre, día en el que presentó su dimisión, de que se reservaba durante los siguientes 20 días "la posibilidad legal de volver a pensar" su dimisión. El alcalde, miembro del PD, sigue sin tener el apoyo del primer ministro italiano, Matteo Renzi, y su decisión de enfrentarse a su partido abre un posible conflicto en el partido del Gobierno de Italia.
El objetivo de Marino es, según sus palabras en su llegada este jueves al Campidoglio, la sede del Ayuntamiento de la ciudad, reunirse con los concejales que integran su Gobierno para "ilustrar cuáles han sido las cosas positivas, los errores y para analizar el futuro". También ha insistido en que desea que esta reunión sea "abierta, franca y transparente".
Para que su dimisión surta efecto se necesitaría que al menos 25 concejales del Ayuntamiento de Roma también renunciasen a su cargo, de los que 19 pertenecen al PD. Hasta el momento dos de sus concejales han afirmado que se marchan, mientras que otros han declarado que harán pública su decisión al terminar la reunión que ha convocado Marino.
Por su parte, Renzi ha respondido a las preguntas de los periodistas en su viaje oficial a Cuba y ha afirmado que es el presidente del PD, Matteo Orfini, la persona que se encarga de resolver este asunto y que cuenta con todo su apoyo. Aunque Renzi se ha distanciado claramente de Marino, afirmando que el alcalde "había perdido la confianza de los ciudadanos romanos".
Marino perdió popularidad desde que ganó las elecciones municipales en 2013 aunque la principal razón por la que presentó su dimisión fue por el pago con dinero público de comidas en restaurantes con su familia. Su ausencia en la capital italiana cuando se celebró el funeral del capo mafioso Vittorio Casamonica también hizo perder muchos de los apoyos de los miembros de su partido.
