MADRID 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional (AI) ha denunciado este jueves que, transcurridos dos años desde las protestas de 2011 en favor de la democracia en Bahréin, los presos de conciencia continúan en prisión, se sigue encarcelando a los activistas "solo por expresar sus opiniones en las redes sociales o en marchas pacíficas" y se sigue negando la justicia a "las víctimas de la represión del Estado".
"El Gobierno de Bahréin no puede seguir encarcelando a personas solo porque no soporta las críticas", ha denunciado la directora adjunta del Programa Regional para Oriente Próximo y el Norte de África de Amnistía Internacional, Hassiba Hadj Sahraoui.
"Ya es hora de que las personas detenidas solo por ejercer su derecho a la libertad de expresión sean puestas en libertad y de que se deje de hostigar a otros activistas", ha advertido, con motivo de la publicación de un informe de la organización.
A juicio de la investigadora, "Bahréin corre el riesgo de no crear más que una burocracia de los Derechos Humanos si los cambios no van parejos a una auténtica voluntad política de reforma". "Los bahreiníes necesitan ver que se respetan sus derechos en el día a día", ha añadido.
DELEGACIÓN DE AI EN BAHRÉIN
Amnistía Internacional visitó el pasado mes de enero Bahréin, donde se reunió con siete presos de conciencia recluidos en la cárcel de Jaw. Todos ellos denunciaron que habían sido encarcelados por cargos falsos o en aplicación de leyes que reprimen derechos básicos.
Es el caso de Mahdi Issa Mahdi Abu Deeb, dirigente de un sindicato de enseñantes que está en prisión desde que fue detenido en 2011. "En cuanto a los cargos formulados contra mí y contra Jalila (en referencia a Jalila al Salman, dirigente del mismo sindicato y madre de tres hijos), nadie cree que sean correctos: no hemos pedido la caída del régimen, estamos dentro del sistema educativo", explicó a la delegación de Amnistía.
Durante una serie de reuniones mantenidas con las autoridades, Amnistía Internacional pidió la excarcelación de todos los presos de conciencia, la anulación de las restricciones a la libertad de expresión, asociación y reunión, y que se hiciera responder ante la justicia a los autores de abusos contra los Derechos Humanos de los manifestantes.
"No se presentaron pruebas fehacientes que justificaran estas condenas", ha asegurado la investigadora de AI. "Aparentemente, todas las personas afectadas fueron perseguidas por sus opiniones contrarias al Gobierno y por haber participado en protestas pacíficas", ha denunciado.
Aparte, según el informe, muchos de los presos de conciencia fueron presuntamente torturados en las primeras semanas de detenciones. Es el caso de Hassan Mshaima, quien se quejó del tratamiento médico que recibió.
"Esto es un acoso, pues cada vez que voy al hospital para recibir un tratamiento que dura hasta seis horas, me tapan la cara y no puedo ver al médico ni al personal sanitario", explicó a los delegados de AI. Según la organización, las autoridades no han investigado todavía muchas de las denuncias de los presos de conciencia.