Argelia prohíbe la entrada a sirios a través de sus fronteras con Malí y Níger por motivos de seguridad

Soldados argelinos en el desierto
REUTERS / LOUAFI LARBI - Archivo
Publicado: miércoles, 2 enero 2019 23:26

ARGEL, 2 Ene. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Argelia ha prohibido la entrada de ciudadanos sirios a través de sus fronteras con Malí y Níger, en el sur del país, para evitar la entrada a su territorio de miembros de grupos islamistas armados que puedan suponer un riesgo para su seguridad.

Hasén Kacimi, a cargo de la política migratoria en el Ministerio del Interior argelino, ha resaltado que los sirios que buscan asilo o refugio en el país a través de esta vía son considerados sospechosos de ser milicianos islamistas.

"Hemos acogido a 50.000 sirios en los últimos años por motivos humanitarios, pero no podemos aceptar a miembros de grupos armados que huyen de Siria cuando se trata de nuestra seguridad", ha sostenido, en declaraciones a la agencia británica de noticias Reuters.

Así, ha dicho que cerca de cien sirios han llegado a la frontera sur con la ayuda de escoltas armados en las últimas semanas, si bien fueron interceptados y expulsados poco después.

Estas personas habrían llegado a Argelia tras transitar por Turquía, Jordania, Egipto, Sudán y Níger o Malí con pasaportes sudaneses falsos. "Definitivamente, es una red criminal y debemos estar muy vigilantes para no permitir que entren en Argelia", ha manifestado.

El Gobierno argelino ha mantenido sus relaciones diplomáticas con Siria durante la guerra y los sirios no necesitan visado para entrar al país. El Gobierno de Bashar al Assad ha obtenido avances sobre el terreno en los últimos meses y controla de nuevo gran parte del país.

El sur y el sureste de Argelia son prácticamente desiertos, si bien las autoridades han incrementado la seguridad debido a la inestabilidad en Libia, Malí y Níger, con el objetivo de evitar que redes yihadistas y contrabandistas aprovechen la porosidad de las fronteras.

Argelia sufrió además durante los años noventa una devastadora guerra civil con entre 150.000 y 200.000 muertos que se desencadenó tras la cancelación de las elecciones parlamentarias tras la victoria del islamista Frente Islámico de Salvación (FIS) en la primera vuelta.

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