MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, ha condenado este jueves "con la mayor firmeza" el asesinato del político opositor izquierdista Mohamed Brahmi y ha solicitado a las autoridades que esclarezcan el suceso.
Ashton ha pedido al Gobierno tunecino que "lleve a los responsables ante la justicia junto a los culpables del asesinato de Chokri Belaid", líder del Movimiento Patriótico Democrático Unificado, fuerza marxista y panárabe que forma parte del Frente Popular, asesinado el 6 de febrero en la capital.
"Estos asesinatos políticos representan un ataque por parte de los enemigos de la democracia contra el país, el pueblo tunecino y los valores de la revolución del 14 de enero de 2011", ha agregado.
Dicha revolución provocó el derrocamiento del expresidente Zine el Abidine bel Alí, tras lo que se convocaron unas elecciones en las que se impuso el partido islamista Ennahda. Sin embargo, la Constitución no ha sido aún finalizada en medio de profundos desacuerdos sobre su redacción.
En este sentido, Ashton ha destacado que "la UE está convencida de que la Carta Magna será finalizada rápidamente y de que se organizarán elecciones generales, lo que será la mejor respuestas a estos atentados".
"Es necesario que los partidos políticos de la mayoría y de la oposición, así como los representantes de las fuerzas sociales vinculados con los valores democráticos, alcancen los compromisos necesarios en un espíritu de consenso, tolerancia y respeto", ha agregado.
Por último, ha solicitado a todos estos actores políticos, económicos y sociales, que "den una respuesta ciudadana y pacífica" al asesinato de Brahmi.
Brahmi, antiguo líder de Echaab (Pueblo) y uno de los principales dirigentes de la izquierda, se había significado por sus duras críticas al partido islamista Ennahdha, al igual que Belaid, lo que ha provocado que algunos sectores vinculen a la formación con los asesinatos.
Belaid había encabezado en los últimos meses una campaña de denuncias contra la presunta complicidad del partido islamista Ennahda y las Ligas de Defensa de la Revolución, que algunos opositores describen como el brazo armado del movimiento islamista.
Tras este último asesinato, un grupo de manifestantes ha prendido fuego a dos sedes del partido islamista en la ciudad de Sidi Bouzid, según testigos. La localidad fue la cuna de la revolución que derrocó a Ben Alí en 2011.
Asimismo, miles de personas han salido a las calles para denunciar el suceso, siendo el epicentro de las protestas la sede del Ministerio del Interior, donde las fuerzas de seguridad han lanzado gases lacrimógenos contra los presentes para dispersar la manifestación.
La Policía tunecina ha utilizado asimismo medios antidisturbios en Sfax, donde cientos de personas han tratado de asaltar oficinas del Gobierno local, y Sidi Bouzid.
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