AMÁN, 10 Sep. (Reuters/EP) -
Los aviones de guerra de las fuerzas leales al presidente sirio, Bashar al Assad, han bombardeado este martes varios suburbios rebeldes en Damasco por primera vez en tres semanas, en una ofensiva que, según la activistas de la oposición, demuestra que el Gobierno no teme una posible intervención militar por parte de Estados Unidos.
La ciudad de Damasco no ha visto ningún tipo de actividad militar desde el pasado 21 de agosto, cuando cientos de personas murieron en un ataque químico que las potencias occidentales atribuyen al Gobierno sirio. Sin embargo, varios aviones han atacado tres zonas, algunas en apoyo de asaltos sobre el terreno.
Mientras los líderes mundiales discuten la propuesta de Rusia de confiscar las armas químicas del Gobierno con el objetivo de tratar de evitar una intervención por parte de Estados Unidos y Francia, en Siria continúa la guerra civil.
Los mayores combates tienen lugar en Barzeh, en el norte de Damasco, donde los residentes y los activistas de la oposición han informado de ataques aéreos y disparos de tanques por parte de las milicias que apoyan a Al Assad. La agencia de prensa estatal ha informado de "bajas infligidas a los terroristas" en Barzeh y la cercana ciudad de Qaboun.
"Incluso si la iniciativa de Rusia fracasa, el régimen ha ganado tiempo", ha asegurado el activista opositor Salah Mohamed. "Parece estar calculando que pronto no haya ningún ataque", ha afirmado. Mohamed ha informado de que los aviones habían realizado tres ataques en Barzeh mientras los tanques en las alturas de la montaña de Qaioun y el centro de la ciudad --en manos del Gobierno-- bombardeaban la zona en apoyo a las ofensivas de los milicianos 'sabiha' --un grupo armado afín al régimen--.
El opositor ha relatado que "la lucha es muy fuerte en ese frente" y que las calles son estrechas por lo que los tanques no se pueden desplegar.
Una mujer que reside en Damasco ha asegurado que podía ver los proyectiles impactando en Barzeh, aparentemente disparados desde Qasioun. De forma anónima por miedo a represalias, la mujer ha afirmado que "desde que las armas químicas son una línea roja, parece que el mundo ha decidido que está bien que Al Assad destruya Damasco con armas convencionales".
Hacia el suroeste, a unos 15 kilómetros del centro de la capital, el ataque aéreo también ha golpeado Mouadamiya, uno de los lugares donde, según el Gobierno, los rebeldes atacaron a la población con gas venenoso. Estados Unidos y sus aliados aseguran que fue la artillería de Al Assad quien disparó armas químicas ese día.
"Enviando los aviones de vuelta, el régimen está mandando el mensaje de que ya no siente presión internacional", ha asegurado el opositor Wasim al Ahmad. Al este del centro, en el suburbio de Deir Salman, también se han producido ataques aéreos y con artillería, según otro activista que ha informado de la muerte de al menos dos rebeldes.