ABUYA 14 Jul. (Reuters/EP) -
El presidente de Sudán, Omar Hasán al Bashir, ha llegado este domingo a Nigeria para asistir a una cumbre de la Unión Africana (UA) sobre el VIH, a pesar de que existe una orden de arresto contra su persona emitida por la Tribunal Penal Internacional (TPI).
Al Bashir, que está acusado de ser el autor intelectual de genocidio y de otras atrocidades ocurridas durante el conflicto de Darfur, que acabó con la vida de unas 200.000 personas, corre, en teoría, el riesgo de ser arrestado si viaja a uno de los más de 120 países, incluido Nigeria, que están adheridos al TPI. El presidente sudanés ha negado siempre los casos de los que el TPI le acusa.
Debido a esta orden de arresto, a Al Bashir se le ha negado en el pasado el acceso a Uganda, Sudáfrica, Malaui y Zambia. Su visita a Nigeria es la primera que realiza a un país del África occidental desde que la orden fue emitida.
En 2009, la UA votó no cooperar con los decretos del TPI ya que eso frenaría los esfuerzos para acabar con los múltiples problemas que tiene Sudán.
"El presidente sudanés ha venido para asistir a un evento de la UA y la UA ya tomó una decisión respecto a la orden de arresto del TPI. Nigeria no ha emprendido acciones que difieran con la postura de la UA", ha declarado el portavoz presidencial Reuben Abati.
La directora del programa Justicia Internacional de la ONG Human Rights Watch, Elise Keppler, ha afirmado que Nigeria tiene el "vergonzoso honor de ser el primer país del África occidental que da la bienvenida al fugitivo del TPI, el presidente sudanés Al Bashir".
La principal cumbre de la UA de este mes ha tenido que ser trasladada a Etiopía, que no está adherida los estatutos del TPI, después de que Malaui, muy dependiente de la ayuda occidental, se negara a acoger al presidente sudanés.
A pesar de que el TPI fue bien recibido en un principio por los líderes africanos, éste ha sido acusado de procesar exclusivamente a criminales de guerra africanos y de fracasar a la hora de procesar a criminales de otros continentes, una acusación que el TPI y aquellos que lo respaldan encuentran injusta.