Birmania.- Los habitantes temen que las manifestaciones antigubernamentales en Birmania se debiliten por la represión

Actualizado: sábado, 29 septiembre 2007 8:15

RANGÚNN, 29 Sep. (EP/AP) -

Los birmanos temen que las protestas antigubernamentales se vean debilitadas después de que soldados y agentes policiales tomaran el control en las calles del país, disparando tiros de advertencia para dispersar a los pocos que se aventuran a manifestarse y ocupando los monasterios budistas. Además, el servicio de internet también fue cortado para dificultar la comunicación con el exterior.

Así las cosas, las calles permanecían tranquilas en las primeras horas de hoy y los monjes --que han encabezado las manifestaciones pacíficas-- quedaron encerrados en el interior de sus templos que fueron clausurados en las dos principales ciudades del país, Rangún y Mandalay, mientras que las tropas vigilaban y bloqueaban las calles cercanas.

"No creo que tengamos más esperanzas de ganar", lamentó una joven que participó en las masivas marchas del jueves que fueron dispersadas cuando las tropas abrieron fuego contra la multitud. La joven acudió a una manifestación junto a su novio, pero se separaron cuando comenzaron los disturbios y no ha vuelto a verle. "Los monjes son los únicos que nos dan ánimo".

La opacidad informativa impuesta por las autoridades y el miedo de la población impiden un conocimiento seguro sobre el número de víctimas causadas por los disparos del Ejército contra los manifestantes. El Gobierno ha asegurado que diez personas han muerto desde que comenzaron los disturbios esta semana, pero fuentes diplomáticas han estimado que el balance podría ser muy superior y algunos grupos disidentes lo han elevado hasta 200.

Las fuerzas de seguridad aislaron ayer un barrio de Rangún, cerca de la Pagoda de Sule, después de que una multitud tomara las calles para seguir protestando contra el régimen.

Los soldados y los policías, llegados al lugar en 20 camiones, arremetieron contra alrededor de 2.000 manifestantes. Según testigos presenciales, algunas personas fueron golpeadas e introducidas a la fuerza en un camión. Asimismo, los soldados y los agentes se enfrentaron a numerosos grupos de entre 200 y 300 activistas en otras zonas, en ocasiones disparando al aire.