SUCRE, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Asamblea Constituyente boliviana celebró ayer su primera sesión en el Paraninfo del Liceo Militar, después de que el partido gubernamental, Movimiento al Socialismo (MAS), tomara ayer la decisión de trasladarla del teatro Gran Mariscal a un recinto militar, para garantizar la seguridad de los asambleístas, según dijeron.
A la sesión acudieron 145 de los 255 miembros de la Asamblea Constituyente, superando así el quórum establecido para poder celebrar la sesión, situado en 128. Cabe destacar que el oficialismo controla 142 escaños. Por su parte, los asambleístas opositores calificaron el reinicio de sesiones como inconstitucional, según informaron medios de comunicación locales.
En el centro de la ciudad de Sucre, grupos de universitarios que intentaron tomar las instalaciones del Teatro Mariscal fueron desalojados mediante elementos químicos, pero los episodios más violentos se dieron cuando un grupo de estudiantes intentó tomar el edificio de la Policía Nacional, en este incidente, se registraron al menos 13 detenidos y la Policía informó de al menos cinco heridos, todos miembros de la Policía. Los agentes evitaron que los jóvenes alcanzaran las instalaciones militares que acogen la asamblea, mediante un enfrentamiento que provocó 20 heridos.
El presidente boliviano, Evo Morales exhortó a las regiones opositoras a sumarse a su proyecto para "juntos apostar por la unidad y el desarrollo social del país". El nuevo texto será refrendado en un referéndum posterior.
Por su parte, el ex presidente y jefe del principal partido opositor Podemos, Jorge Quiroga pidió a Morales que "deje de lado su intención de perpetuarse en el poder a costa de enfrentar al pueblo y acuartelar a los asambleístas". "Es inconcebible que un nuevo pacto social emerja del acuartelamiento, de los fusiles y las bayonetas en lugar del diálogo y la concertación. Eso no va con la democracia", dijo.
El orden del día no incluyó el asunto del traslado de la capitalidad, sino que se centró en la modificación de los reglamentos de las sesiones de la asamblea, con el objetivo de entregar el nuevo texto constitucional el 14 de diciembre, fecha límite establecida por las leyes de la convocatoria de la Constituyente.
Se prevé que con la modificación se amplíe el tiempo de trabajo a diez horas diarias, se convoquen sesiones los sábados y domingos, y se reduzcan los tiempos destinados a informar a las comisiones, bancadas y las representaciones departamentales. Por otra parte, la diputada opositora Lourdes Millares dijo que el oficialismo cambiaría la regla de los dos tercios de voto para aprobar el texto por su sola mayoría.
Por otro lado, un numeroso cabildo de ciudadanos de Sucre aprobó una resolución en la que señala que la ciudad no acatará la constitución que emerja de la Asamblea, ante denuncias de que el MAS tiene decidido aprobar su propio proyecto. También acordó impulsar un referéndum local a favor de su autonomía.
Branko Marinkovic, presidente del Comité Cívico de Santa Cruz --el departamento más próspero del país--, señaló en esa ciudad que su región no aceptará "una constitución hecha entre fusiles y bayonetas". "Ésa no es una constitución democrática y no la vamos a respetar", indicó.
La Conferencia Episcopal Boliviana advirtió que el conflicto podría llevar a "enfrentamientos entre hermanos" y calificó como una "aberración" el uso de grupos sociales para presionar en pro de criterios políticos sectoriales.
