ATENAS, 15 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los Bomberos griegos trabajan desde hace tres días para tratar de contener un incendio forestal que amenaza varias poblaciones al noreste de Atenas y que ha terminado por convertirse en un problema político para el Gobierno de Alexis Tsipras, a cuenta de las distintas versiones ofrecidas sobre estos hechos.
El incendio, iniciado en Kalamos, ha calcinado ya miles de hectáreas de bosques de pinos en la zona y se ha propagado a tres localidades cercanas. Las autoridades han declarado el estado de emergencia y una portavoz de los Bomberos, Stavroula Maliri, ha subrayado que por ahora la "máxima prioridad" es la protección de las vidas humanas, según la agencia Reuters.
Tres aviones y seis helicópteros lanzaban agua sobre las llamas este martes por la mañana, mientras que en tierra 180 bomberos y un centenar de personal militar combatían el fuego cerca de la localidad de Kapandriti. La orografía y los cambios de vientos complican la labor de extinción.
El lunes, los Bomberos se enfrentaron a más de 90 incendios en toda Grecia, con fuegos no sólo cerca de Atenas sino también en el Peloponeso y las islas de Zante y Cefalonia. Varios altos cargos, entre ellos el ministro de Justicia, Stavros Kontonis, han atribuido estos sucesos a un complot.
"Teníamos 15 frentes al mismo tiempo en Zante. Si no es un plan de incendios organizados, ¿entonces qué es?", afirmó Kontonis, que sospecha incluso de que el objetivo final es alimentar el descontento social, según el periódico griego 'Kathimerini'.
El líder de Nueva Democracia, Kyriakos Mitsotsakis, advirtió al Gobierno de que es momento de acciones "decisivas y coordinadas" y no de "teorías de la conspiración", mientras que el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) ha acusado al Ejecutivo de Alexis Tsipras de "incompetencia.
En un aparente intento por sacar del debate político los incendios, asesores de Tsipras han atribuido la expansión de los incendios a los fuertes vientos y a unos equipos de extinción anticuados.
