MADRID 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la República Centroafricana, François Bozizé, se está resistiendo a aceptar como primer ministro a uno de sus mayores rivales políticos, Nicolas Tiangai, a quien los diversos partidos de oposición han designado de común acuerdo para presidir el gobierno de unidad nacional surgido del acuerdo de paz firmado el pasado viernes en Libreville entre el Ejecutivo de Bangui y la coalición rebelde Séléka.
El acuerdo de paz obliga a Bozizé a constituir, de forma inmediata, un gobierno presidido por el candidato de la oposición democrática. Según el corresponsal en Bangui del diario digital pan-africano Afrik.com, los distintos partidos opositores han designado para el cargo a Tiangai, presidente de la Convención Republicana para el Progreso Social (CRPS).
Aparte, Tiangai es el coordinador del Frente para la Anulación y Repetición de las Elecciones de 2011 (FARE-2011), creado a iniciativa del fallecido presidente Ange-Félix Patassé con el objetivo, precisamente, de conseguir la anulación de los comicios de enero de 2011, que permitieron la reelección de Bozizé. Patassé, fallecido en abril de 2011, fue presidente entre 1993 y 2003, cuando fue derrocado mediante golpe de Estado militar por el actual mandatario.
Por tanto, las posiciones de Bozizé y Tiangai están radicalmente enfrentadas, en contraste con otros dirigentes opositores, que han adoptado posiciones más moderadas respecto al presidente. Nicolas Tiangai, candidato a primer ministro en los comicios generales de enero de 2011, ordenó la retirada de las listas de su partido a causa de las irregularidades y de los fallos de funcionamiento de la Comisión Electoral Independiente.
El acuerdo formal de alto el fuego, firmado en la capital de Gabón después de tres días de negociaciones, prevé también la disolución de la Asamblea Nacional y la celebración de elecciones parlamentarias en un plazo de doce meses.
Los rebeldes de Séléka se alzaron en armas a principios de diciembre y en apenas un mes se hicieron con tres cuartas partes del país y avanzaron hasta posiciones situadas a solo 75 kilómetros de Bangui.
Entre sus reivindicaciones, Séléka había reclamado la liberación de presos políticos y una revisión de la Constitución para reducir los poderes del presidente, incluido el derecho a destituir a su primer ministro. Aparte, hasta la firma del acuerdo de Libreville, los rebeldes habían insistido en que la renuncia de Bozizé era una condición previa para la paz y que el presidente debería ser juzgado ante el Tribunal Penal Internacional (TPI).