Bruselas propondrá mantener el ingreso de Rumanía y Bulgaria en 2007, pero con condiciones

Europa Press Internacional
Actualizado: domingo, 14 mayo 2006 15:40

BRUSELAS, 14 May. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Europea (CE) propondrá el próximo martes a los Estados miembros mantener el calendario de ingreso de Rumania y Bulgaria en el club comunitario, previsto para enero de 2007, aunque podría imponer a los aspirantes nuevas condiciones tal y como anunció recientemente el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso.

Barroso sugirió que la Comisión Europea podría imponer nuevas condiciones a Bulgaria y Rumanía para entrar en la UE en 2007 con el objetivo de verificar el grado de compromiso de los dos países en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado. El comisario de Ampliación, el finlandés Olli Rehn, decidirá el próximo martes 16 de mayo si recomienda la entrada de Bulgaria y Rumanía o la aplaza hasta 2008, tal y como prevén los tratados de adhesión en el caso de que no cumplan todos los requisitos.

Durante las últimas semanas, la prensa ha especulado sobre la posibilidad de que la Comisión recomiende la entrada de Bucarest el año que viene y aplace la de Sofía a 2008, o que retrase su dictamen definitivo hasta finales de año.

Durante un encuentro con eurodiputados y parlamentarios nacionales sobre el futuro de Europa, Barroso señaló que el Ejecutivo comunitario tiene tres opciones. "La primera es decir que sí para 2007, otra, decir que no están listos y esperar a 2008, y hay una tercera posibilidad: sí en 2007 siempre que hagan determinadas cosas". De este modo descartaba también implícitamente que se vaya a dar una fecha distinta a cada país.

"No vamos a aplazar la decisión", dijo el presidente de la Comisión rechazando las informaciones aparecidas en la prensa. "Puede haber una decisión con condiciones adjuntas pero sí que vamos a decidir el 26 de mayo", recalcó.

El primer ministro búlgaro, Sergey Stanishev, pidió a la UE que no trate a los búlgaros como "ciudadanos europeos de segunda clase" aplazando su entrada prevista para el próximo 1 enero en la UE. "Un aplazamiento sería percibido como un rechazo" de Bulgaria, afirmó.

"Sería un error, no somos europeos de segunda clase, no intentéis humillarnos", declaró Stanishev.

Fuentes diplomáticas aseguran que ningún Estado miembro ha solicitado retrasar la entrada de estos dos países, aunque nadie oculta que Bulgaria y Rumania tienen muchos deberes pendientes y que, por tanto, sería útil buscar un mecanismo para forzarles de algún modo a cumplir todos los requisitos. De lo contrario no quedaría más remedio que establecer toda una serie de cláusulas de salvaguarda en determinadas áreas.

Aunque la entrada de estos dos nuevos socios no se ponga en entredicho, sí animará el debate sobre la llamada 'capacidad de absorción', término que en 1993 se incluyó, a iniciativa española, entre los criterios necesarios para abrir la puerta a nuevos miembros durante el Consejo Europeo de Copenhague.

PILOTAJE POLITICO

Francia, escarmentada por el rechazo de su opinión pública a la última ampliación materializado en el 'no' a la Constitución europea, lidera el grupo de países partidarios de definir la 'capacidad de absorción' y, si bien no plantea revisar los compromisos ya adquiridos por los Veinticinco, quiere "aclarar" la marcha del proceso de ampliación y reclama un "pilotaje político".

"No proponemos revisar los compromisos adquiridos ni planteamos una discusión sobre las fronteras de la UE, ni intentamos retrasar el proceso, sino que proponemos aclarar la marcha del proceso y un pilotaje político para no seguir adelante de una manera incontrolada", señalan fuentes diplomáticas francesas.

París intenta así articular un proceso de ampliación que defina bien las etapas y verifique en cada momento y con cada candidatura la capacidad de la UE para asumir un miembro más en su seno, según las mismas fuentes. La postura de Francia cuenta con el apoyo de Alemania, Países Bajos y Dinamarca. Reino Unido, y en cierta medida España, estarían en el polo opuesto.

Madrid, según fuentes diplomáticas, no se opone a "definir" la capacidad de absorción, pero sí a que la formulación que se adopte suponga una manera encubierta de impedir la futura incorporación de Turquía, país que suscita recelos en la opinión pública de Estados miembros como Francia y Países Bajos.

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