Desplazados internos en una iglesia en Bangui
SIEGFRIED MODOLA / REUTERS
Actualizado: martes, 1 marzo 2016 18:18

ROMA, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -

República Centroafricana está atravesando una de sus peores hambrunas tras tres años de conflicto y desplazamientos internos, que han terminado por afectar a su principal fuente de subsistencia, la agricultura. En 2015, se recolectó menos de la mitad de lo cosechado antes de la crisis, provocando que uno de cada dos centroafricanos pase hambre, han denunciado dos agencias de Naciones Unidas en un comunicado.

"La situación es desesperada. La mitad de la población pasa hambre", ha lamentado el director del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en República Centroafricana, Bienvenu Djossa.

Según un informe elaborado por la Misión de Evaluación de Cultivos y Alimentos --conducido por el PMA y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)--, en 2015, la producción del país se situó un 54 por ciento por debajo de los niveles precrisis. No obstante, los datos son más positivos que los registrados en el curso anterior, con un incremento del 10 por ciento gracias a un aumento en la producción de yuca.

En total, se recolectaron 838.671 toneladas métricas de alimentos en la cosecha de 2015, casi un millón menos de lo producido antes del inicio de la crisis. Uno de los cultivos más afectados ha sido el del cereal, con un descenso en la producción del 70 por ciento. No obstante, sectores como el ganadero o el pesquero se han visto igualmente afectados por la inseguridad que azota al país. Con respecto a 2012, el número de cabras y ovejas se ha reducido casi un 60 por ciento, mientras que las capturas en mar se han rebajado un 40 por ciento.

"Los últimos números son causa de preocupación no solo porque las personas se saltan comidas y reducen las raciones, sino también porque optan por comidas con menos nutrientes que no proveen las vitaminas y proteínas necesarias", ha trasladado el representante de la FAO en República Centroafricana, Jean Alexandre Scaglia.

"Cerca del 75 por ciento de la población depende de la agricultura y, dado que la siembra comienza en menos de dos meses, es crucial impulsarla para revitalizar la economía y estabilizar el país", ha añadido Scaglia.

CONSECUENCIAS

Pero, tres años de inseguridad y más de un millón de desplazados internos no solo han incentivado la baja productividad de las cosechas, sino también un anormal funcionamiento de los mercados, con un incremento exponencial del precio de los alimentos básicos.

En septiembre, los precios de los cacahuetes y la harina de trigo --ambos ricos en proteínas-- experimentaron un incremento del 74 y del 28 por ciento, respectivamente. El importe del pescado se incrementó un 70 por ciento, mientras que el de la carne de vacuno se duplicó.

Como consecuencia de la inflación, el poder adquisitivo de los centroafricanos se ha reducido en un tercio, con respecto a 2012. En este sentido, el 67 por ciento de los encuestados han subrayado que han adquirido menos comida con respecto al pasado año.

"Es crucial que continuemos ayudando a los más vulnerables, aquellos que necesitan asistencia alimentaria de emergencia para sobrevivir", ha afirmado Djossa. "El PMA y la FAO están trabajando conjuntamente para distribuir semillas y comida durante la siembra. Es en este momento cuando las personas necesitan el máximo de ayuda posible, un periodo de vacas flacas en el que las personas se esfuerzan para conseguir la suficiente comida antes de la siguiente cosecha", ha añadido.

La FAO ha solicitado 86 millones de dólares (casi 80 millones de euros) para ayudar a 1,55 millones de personas con sus cultivos, mientras que el PMA ha pedido 89 millones de dólares (unos 82 millones de euros) para cubrir las necesidades de 1,4 millones centroafricanos.

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