OTTAWA 28 May. (EUROPA PRESS) -
La familia de al menos uno de los militares canadienses muertos en Afganistán tuvo que asumir parte de los costes de su entierro porque la cantidad asignada por el Ministerio de Defensa no era suficiente, según recoge la prensa local.
El caso ha motivado que el Ejército solicite a la Hacienda canadiense un incremento del presupuesto, una solicitud que será valorada esta semana por las autoridades.
Todos los militares en activo tienen derecho a un funeral pagado por el Estado, con algunas restricciones y excepciones, según la legislación canadiense. Sin embargo, el límite impuesto para los militares de servicio y en la reserva no se ha incrementado desde hace años.
Esta cuestión no salió a la luz pública hasta que un grupo de familiares de un militar muerto en Afganistán cuya identidad se desconoce informó al Ejército. "Nos informaron e inmediatamente nos ocupamos de ello", afirmó una portavoz militar, la comandante Denise Laviolette.
Días después de conocerse el caso, el Ejército reembolsó la diferencia entre el coste dispensado y el coste total a la familia, explicó Laviolette. Hasta que Hacienda tome una decisión, el Ejército seguirá pagando el total de los funerales a cargo de otras partidas presupuestarias.
OTRA FAMILIA EN LA MISMA SITUACIÓN
La prensa canadiense recoge otro caso similar en el que los familiares del fallecido solicitaron al Ejército el monto total de las exequias, pero en esta ocasión no tomaron ninguna decisión.
Esta familia, que no quiso ser identificada, destacó que habían escrito al Ejército en dos ocasiones durante 2006. "No hemos sido escuchados, a menos que hayan puesto el cheque ayer mismo en nuestro buzón", declaró uno de los familiares.
Los costes en este caso superaron los 12.000 dólares canadienses (8.250 euros), aunque un funeral medio puede costar unos 7.500 dólares canadienses (5.160 euros) en Ontario. A esta cantidad habría que añadir el coste del terreno del cementerio y la tumba en sí, según datos de la Junta de Servicios Funerarios.
La ley establece un límite de 4.675 dólares canadienses (3.200 euros) para las familias de militares muertos que cubre el terreno del cementerio, las urnas de cremación, las lápidas y el transporte de un cierto número de familiares.