BEIRUT 12 Dic. (Reuters/EP) -
Los rebeldes sirios han matado a 311 civiles entre julio y diciembre de este año usando proyectiles de mortero improvisados fabricados con bombonas de gas para cocinar, ha denunciado este viernes el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, condenando el uso de este armamento tan impreciso.
Dos tercios de las muertes, es decir 203 personas, se produjeron en la ciudad de Alepo, en el norte, donde los llamados 'cañones del infierno' han sido disparados contra distritos controlados por el Gobierno en la segunda ciudad del país.
El Observatorio, con sede en Londres y una amplia red de informantes en Siria, 42 niños y 25 mujeres figuran entre los muertos en Alepo. Además, ha habido más de 700 personas han resultado heridas en ese periodo.
La agencia oficial siria, SANA, informó el jueves de que los "terroristas" habían disparado once bombas improvisadas en la ciudad de Deraa, en el sur, hiriendo a varios civiles.
Las bombonas son rellenads con explosivos, se les añade una espoleta y se dispara por grandes cañones.