MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Irak (UNAMI, por sus siglas en inglés) ha cifrado en dos millones los desplazados en el país desde principios de 2014, de los cuales, el 47 por ciento se encuentra en la región del Kurdistán de Irak, mientras que el resto se ha dirigido a otras zonas al huir de la violencia en las provincias de Anbar, Nínive, Diyala y Salaudin.
Según el Ministerio de Planificación del Kurdistán y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 946.266 iraquíes han huido de las zonas más conflictivas de Irak hacia la región, de los que más de 53.000 se han registrado desde septiembre de 2014. El 60 por ciento se encuentra en la provincia de Dahuk, seguida de la Erbil y la de Suleimaniya.
"La llegada de desplazados iraquíes supone una enorme carga para los servicios sociales de la región y para las fuentes de financiación, que se está acercando a una situación insostenible", ha dicho el ministro de Planificación kurdo, Alí Sindi. "Según la Constitución iraquí, la responsabilidad de los desplazados en el interior del país es del Gobierno de Irak", ha asegurado.
Desde el inicio de la guerra civil en Siria, han llegado 225.000 refugiados al Kurdistán, de los que cerca de 20.000 se han registrado desde que se abrieron las fronteras turca y kurda el 10 de octubre. Este aumento podría tener consecuencias negativas sanitarias, ya que la población de Siria no está suficientemente inmunizada contra el virus de la poliomelitis.
"La cooperación entre el Gobierno kurdo, la ONU y varias ONG ha ayudado de manera incalculable a mejorar la situación de esta crisis humanitaria", ha dicho la coordinadora humanitaria en Irak de la ONU, Jacqueline Badcock, que ha pedido más ayuda médica y asistencial para que los refugiados puedan sobrevivir al invierno.
El Gobierno del Kurdistán y la ONU "han desarrollado un Plan de Respuesta Inmediata para los refugiados para dar asistencia básica a los colectivos más vulnerables, aunque es necesaria mucha más ayuda, ya que las condiciones meteorológicas empeorarán en los próximos meses", según ha dicho Sindi.
"La coordinación entre el Gobierno kurdo, la ONU y la comunidad internacional es fundamental para dar una respuesta adecuada a la crisis humanitaria para que no se convierta en una catástrofe", ha asegurado Badcock.