BEIJING, 19 Feb. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Débora Altit) -
Los festejos con petardos y cohetes, que fueron prohibidos en la capital china durante 12 años y autorizados de nuevo el año pasado, dejaron durante las celebraciones por el Año Nuevo Chino un total de un muerto y 270 heridos y 294 incendios, según ha señalado hoy el ayuntamiento beijinés.
El fallecido era un hombre de 25 años, y entre los heridos más graves se encuentran también varios varones jóvenes, que perdieron un ojo al resultar heridos por los petardos. Sobre el número de accidentados que han perdido algún dedo al manipular los cohetes, el incidente más frecuente, no se han ofrecido datos.
La capital china se convirtió la pasada noche del sábado, especialmente cuando dieron las doce, en un verdadero campo de batalla con focos de fuegos artificiales a lo largo y ancho de la ciudad que beijineses de todas las edades, aunque sobre todo jóvenes, colocaban en mitad de las aceras o colgados de árboles que terminaban incendiados, para regocijo general.
Según algunos, la prohibición de más de una década de tirar cohetes en la mayoría de las ciudades del país asiático ha exacerbado la pasión de los chinos por esta peligrosa afición. Sólo en un año el número de productos pirotécnicos vendidos aumentó en Beijing en 140.000 (de los 240.000 vendidos en 2006 a los 380.000 de este año), según fuentes municipales.
Pero el Ayuntamiento han intentado dar una imagen tranquilizadora y ha asegurado que los productos por debajo de los estándares de calidad han disminuido, ya que se confiscaron 560 de estos petardos y cohetes (cuatro veces más que en 2006).
Las celebraciones con petardos por la entrada en el nuevo año, que continúan aunque algo más controladas en la ciudad, han dejado también otro curioso balance: los servicios de limpieza han tenido que recoger 900 toneladas de basura entre cartuchos y torres de fuegos artificiales.
Los basureros, 16.000 en total, se pasaron trabajando, por orden de las autoridades locales, toda la noche del sábado, para que la ciudad amaneciera limpia y sin restos de los típicos cartoncillos rojos que envuelven a los petardos.
Según la tradición china, con la llegada de cada año nuevo hay que hacer mucho ruido (y vestirse de rojo) para espantar y superar al monstruo Nian (literalmente, "año" en chino) que anda suelto y siente una especial predilección por la carne humana. El "pasar a Nian" se ha interpretado también, de forma más simbólica, como el superar el duro invierno y entrar en una más benigna primavera.
