China.- China anuncia su intención de seguir lanzando cohetes tras el éxito de su sonda lunar

Actualizado: miércoles, 31 octubre 2007 10:52

BEIJING, 31 Oct. (De la corresponsal de EUROPA PRESS Débora Altit) -

Una semana después de la exitosa puesta en órbita de su primera sonda lunar, China ha declarado que seguirá construyendo lanzaderas espaciales y cohetes para continuar con su carrera espacial.

Los lugares escogidos para tal fin, según informa hoy el periódico en inglés 'China Daily', son la ciudad portuaria de Tianjin, cercana a Beijing, donde se fabricarán los cohetes, y un nuevo centro localizado en Hainan, isla tropical en el extremo sur del país, donde se establecerá en 2013 el centro de lanzamientos y para cuya construcción las autoridades locales han tenido que desplazar a 6.000 habitantes. El haber escogido a Tianjin como centro de producción permitirá trasladar a la isla por vía marítima los pesados cohetes.

Las nuevas lanzaderas serán capaces de colocar en órbita alrededor de la Tierra cohetes de hasta 25 toneladas, frente a las nueve actuales, y en órbitas geosincrónicas hasta 14 toneladas, frente a las cinco de ahora.

"Responderán a las demandas del desarrollo tecnológico especial y el uso pacífico del espacio durante los próximos 30 a 50 años", según aseguró, en declaraciones recogidas por el diario, el presidente de la Academia China de Tecnologías para Vehículos de Lanzamiento, Wu Yansheng.

Wu tampoco desaprovechó la oportunidad para recordar que, de esta forma, China se podrá a la altura de los países desarrollados, lo que le permitirá hacerse con parte del apetitoso y lucrativo pastel de los lanzamientos de satélites comerciales.

Según datos de la revista Aerospace China, las lanzaderas chinas (que llevan el nombre de 'Larga Marcha'), registraron entre 1970 y 1997 siete fracasos de un total de 49 lanzamientos, y no se ha producido ningún error desde 1997.

La carrera espacial china, pese a las constantes promesas de Beijing, que asegura que tiene un fin puramente pacífico, ha hecho saltar la alarma de las potencias occidentales, sobre todo después de que en enero pasado China destruyera con un misil antisatélites uno de sus satélites en desuso, en lo que se interpretó como una clara advertencia sobre su potencial militar.