BEIJING 15 Sep. (EP/AP) -
China rechazó hoy enérgicamente las acusaciones estadounidenses de que esté vendiendo armas a Irán y Corea del Norte en medio de las tensiones con ambos regímenes por sus programas nucleares.
El portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Qin Gang, calificó las críticas de "infundadas e irresponsables", según informó la agencia oficial de noticias Xinhua.
El subsecretario estadounidense de Defensa para Seguridad Internacional, Peter Rodman, instó a China a reconsiderar sus relaciones con Teherán y Pyongyang.
"Las acciones chinas nos parecen peligrosamente cortas de miras", trasladó Rodman a la Comisión chino-estadounidense para Revisión de la Economía y la Seguridad, un comité asesor creado por el Congreso estadounidense. "El comportamiento de China, pasado y presente, puede resultarle perjudicial a la larga, e incluso poner en peligro sus propios intereses políticos", agregó.
Según el alto funcionario, Washington ve en China "una disposición general a transferir una amplia variedad de tecnologías a clientes en todo el mundo".
También mencionó a Cuba, Venezuela, Sudán, Birmania y Zimbabue, e incluso vinculó a China con las pruebas norcoreanas de lanzamiento de misiles y al uso por parte de la milicia chií libanesa de Hezbolá de misiles crucero de diseño chino contra una embarcación israelí, ambos el pasado julio.
Durante los últimos años, China se ha convertido en un fabricante importante de maquinaria y tecnología y sus productos resultan valiosos para grupos y naciones que buscan armamentos y tecnología armamentística.
Beijing ha recibido presiones para que las compañías chinas dejen de transferir misiles y tecnología balística a Irán, Pakistán y otros países. China es un estrecho aliado y principal suministrador de armas a Pakistán, cuyo ex director de ciencias nucleares admitió haber transferido tecnología nuclear a Irán, Libia y Corea del Norte.
China ha desmentido las acusaciones y afirma que se opone a la propagación de tecnología y material balístico. También asegura que prohíbe a las compañías chinas transferir dicho material.