China/Japón.- China niega los comentarios de Japón sobre un surgimiento del nacionalismo en el país

Actualizado: jueves, 26 julio 2007 12:40

BEIJING, 26 Jul. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Débora Altit) -

El Ministerio de Exteriores chino rechazó hoy que el desarrollo económico que está viviendo el país asiático esté estimulando un surgimiento de sentimientos nacionalistas en el país, tal y como alertó desde Hong Kong un portavoz japonés del Ministerio de Exteriores.

"Nos sorprende y desagrada el comentario japonés. La afirmación de que el desarrollo económico de China conduce al nacionalismo es ilógica y no debería convertirse en una razón para criticar a China", declaró el Ministerio chino a través de un comunicado.

El comunicado indica también que China y Japón debería trabajar más para incrementar el "entendimiento mutuo y la amistad" entre ambas naciones.

"Esperamos que la parte japonesa pueda acercarse más a la china y dar más pasos que mejoren los sentimientos públicos en ambos países, no lo contrario", afirma.

El subsecretario de prensa del Ministerio de Exteriores japonés, Tomohiko Taniguchi, alertó desde Hong Kong de que "a medida que el crecimiento económico es más rápido, creo que más peligroso es que el nacionalismo desempeñe un papel o cambie el curso del país".

Taniguchi también pidió al Gobierno de Beijing que gestione de forma adecuada la "psique china" porque "el pueblo chino está experimentando los cambios más rápidos en sus 2.000 años de historia".

Este último comentario, los años de historia del pueblo chino, tiene poco de gratuito, ya que Beijing, a través de la prensa y desde los textos escolares, insiste de forma persistente en los supuestos --y no muy claramente justificados--5.000 años de historia de la nación china. Una antiquísima historia que la hace destacar, a ojos de la propaganda oficial, muy por encima de cualquiera de las culturas actuales.

La teoría que vincula el desarrollo del poderío chino con el resurgimiento nacionalista no es nueva ni surge del enfrentamiento existente entre China y Japón. Desde círculos académicos occidentales se ha justificado como una suerte de "cortina de humo" de Beijing para aglutinar a la población china y hacerle olvidar la cuestionable permanencia en el poder de un Partido Comunista vacío de contenido ideológico. Expertos han advertido de que la próxima celebración de los Juegos Olímpicos de Beijing, en los que China probablemente se pondrá a la cabeza del medallero, exacerbará estos sentimientos.

Sin embargo Japón, que nunca ha reconocido ni se ha arrepentido claramente de las atrocidades cometidas durante su pasado belicista en el resto de Asia --como muestran los casos, cuya autenticidad sigue siendo puesta en duda por los sectores más conservadores, de las cerca de 200.000 mujeres, la mayoría coreanas y chinas, "utilizadas" como esclavas sexuales durante la Segunda Guerra Mundial; o la masacre cometida en apenas un par de semanas en 1937 durante la invasión de la ex capital china de Nanjing, se calcula que murieron también cerca de 200.000 civiles, muchos en concursos para cortar cabezas realizados por los soldados nipones-- sería sin duda uno de los grandes perjudicados ante un hipotético poderío chino.