GINEBRA, 13 Sep. (Reuters/EP) -
El Gobierno chino ha negado que los centros de "educación" impuestos para musulmanes en la región de Xinjiang, en el noroeste del país, sean escenario de "malos tratos", a pesar de las acusaciones vertidas recientemente por investigadores de Naciones Unidas.
El Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Racial acusó a las autoridades chinas de encerrar a un millón de miembros de la minoría uigur --mayoritaria en Xinjiang-- en campos de concentración y de llevar a "campos de adoctrinamiento político" a otros dos millones.
"No es maltrato", ha defendido un portavoz de la Oficina de Derechos Humanos del Consejo de Estado chino, Li Xiaojun. "Lo que China está haciendo es establecer centros de entrenamiento y centros de educación profesionales", ha declarado este jueves ante los periodistas.
"Si dices que no es la mejor forma, quizás sí es una necesaria para hacer frente al extremismo islámico o religioso", ha añadido Li, que ha acusado a "Occidente" de "fracasar" en esta lucha. "Mira Bélgica, mira París, mira otros países europeos. Han fracasado", ha añadido.
Los uigures son una minoría étnica de fe musulmana que denuncia una persecución por parte de las autoridades de Pekín. En estos últimos años, han protagonizado varias protestas que en su mayoría han derivado en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad --las de 2009 se saldaron con más de 200 muertos--.