WASHINGTON 23 Ago. (EUROPA PRESS) -
Centenares de personas se han manifestado este jueves frente a la Casa Blanca para protestar contra la organización islamista egipcia Hermanos Musulmanes y el presidente estadounidense, Barack Obama, al que han acusado de apoyar al exmandatario egipcio Mohamed Mursi, derrocado el 3 de julio a través de un golpe de Estado.
Los manifestantes han coreado eslóganes en apoyo al Ejército y han sostenido que el derrocamiento de Mursi no se produjo a través de un golpe de Estado, al tiempo que han acusado a Hermanos Musulmanes de ser una organización terrorista.
Algunos de los presentes han portado fotos del jefe del Ejército y actual ministro de Defensa, Abdelfatá al Sisi, al que algunos sectores egipcios acusan de ser el actual líder 'de facto' del país, así como pancartas con los textos 'No fue un golpe de Estado' y 'Egipto contra el terrorismo', según ha informado el diario estadounidense 'The Washington Post'.
Hermanos Musulmanes y sus aliados han acusado a las nuevas autoridades de acceder al poder a través de un golpe de Estado militar y de lanzar una campaña de represión contra los movimientos islamistas.
Entre las medidas más criticadas adoptadas por el nuevo Gobierno está el restablecimiento por parte del Ministerio del Interior de las funciones de lucha contra el extremismo y control de las actividades políticas y religiosas, suspendidas tras la revuelta que puso fin en 2011 al Gobierno del expresidente Hosni Mubarak.
Además, han criticado duramente al Gobierno y al Ejército por el desalojo forzoso de las acampadas protagonizadas por seguidores de Mursi, que se saldó con la muerte de alrededor de 600 personas, según el balance oficial. Sin embargo, Hermanos Musulmanes elevó el número de muertos a 4.500.
Las autoridades han cifrado en alrededor de 850 el número de fallecidos a consecuencia de la oleada de violencia desatada en el país a consecuencia del asalto militar a las acampadas, mientras que diversas ONG internacionales han acusado al Ejército de hacer un uso excesivo e injustificado de la fuerza.
La semana pasada, Obama lamentó a través de un mensaje la "trágica" muerte de cientos de personas en los desalojos forzosos. "Estados Unidos condena rotundamente la violencia", advirtió, antes de pedir el levantamiento del estado de emergencia y reiterar su "compromiso" con los Derechos Humanos y la democracia.
"Los egipcios se merecen algo mejor", añadió. Obama instó al actual Gobierno egipcio y a los seguidores del expresidente Mursi a detener el actual "ciclo de violencia" y expresar sus diferentes posturas por medios "pacíficos".
En respuesta, la Presidencia egipcia dijo que dichas afirmaciones "no se basan en hechos" y que "incitarán a los grupos violentos". "Egipto hace frente a actos de terrorismo contra las instituciones del Gobierno y contra instalaciones vitales, incluyendo decenas de iglesias, tribunales, comisarías e instituciones públicas y privadas", sostuvo.
En este sentido, subrayó que "teme" que "afirmaciones que no estén basadas en hechos fortalezcan a los grupos armados y les animen a seguir en su camino antidemocrático y contra la estabilidad".
Pese a ello, Estados Unidos ha rechazado describir lo sucedido el 3 de julio como un golpe de Estado y por el momento no ha tomado decisión alguna para cortar o suspender la ayuda militar que entrega de forma anual al país norteafricano, que asciende hasta los 1,3 millones de dólares (alrededor de 970.000 euros).