Archivo - Sesión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya, Países Bajos - UN PHOTO/FRANK VAN BEEK - Archivo
Kiev denunció a Rusia ante la CIJ tres días después del inicio de la invasión del 24 de febrero. "Rusia debe rendir cuentas por manipular la noción de genocidio para justificar la agresión", afirmó entonces el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. En demanda, Ucrania pide "una decisión urgente que ordene a Rusia que cese la actividad militar".
Ucrania "niega enfáticamente" tal genocidio y reclama que "Rusia no tiene base legal para tomar medidas dentro y contra Ucrania con el propósito de evitar y castigar ningún supuesto genocidio". De hecho, Kiev acusa a Rusia de "planificar actos de genocidio en Ucrania" porque está "matando intencionadamente" a nacionales ucranianos, 'actus reus' conforme al Artículo II de la Convención contra el Genocidio.
Por ello ha solicitado la adopción de medidas cautelares "para evitar perjuicios irreparables a los derechos de Ucrania y su pueblo y evitar agravar la disputa entre las partes".
La primera sesión del proceso, celebrada el 7 de marzo, se celebró sin la presencia de representantes rusos, que declinaron participar en la misma.
La corte con sede en La Haya es un mecanismo al que han recurrido tanto Rusia como Ucrania en los últimos años por el conflicto en la región del Donbás que enfrenta al Ejército ucraniano con los separatistas de Donetsk y Lugansk.
Hay que recordar que la CIJ es una corte internacional dedicada a dirimir disputas entre países conforme al Derecho Internacional pero no tiene ninguna forma de hacer cumplir sus fallos, algo que prácticamente queda a la voluntad de los estados.
En paralelo, el fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPI), Karim Khan, ha solicitado una investigación por posibles crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos por "cualquiera de las partes" en el conflicto entre Ucrania y Rusia.