La Comisión Electoral de Afganistán despide a 3.000 personas por fraude durante la primera vuelta

Actualizado: miércoles, 21 mayo 2014 14:10

Crece el temor a que el candidato perdedor rechace el resultado de la segunda vuelta

KABUL, 21 May. (Reuters/EP) -

La Comisión Electoral de Afganistán ha despedido este miércoles a 3.000 empleados acusados de haber cometido fraude durante la primera vuelta de las elecciones presidenciales como medida para despejar los temores que harían dudar de la legitimidad de los comicios.

El portavoz de la Comisión Electoral, Nor Mohamed, ha señalado que las personas registradas en una 'lista negra' no serán contratadas para la segunda vuelta. "Se han registrado algunos fraudes en estos colegios electorales", ha explicado, en referencia a los lugares donde trabajaban estos empleados.

Observadores independientes han denunciado que muchas de las quejas sobre el proceso fueron ignoradas para poder cumplir los plazos y han advertido de que este hecho hace que los comicios carezcan de transparencia. "La comisión de quejas debe asegurarse de atender todas las demandas para que los resultados sean aceptados por todas las partes", ha declarado el director de la Fundación Elección Libre y Limpia de Afganistán, Jandad Spingar.

El pasado 5 de abril tuvo lugar la primera vuelta de las elecciones que decidirán al sucesor del actual presidente afgano, Hamid Karzai, que debido a lo establecido por la Constitución, no ha podido presentarse para una tercera legislatura.

MIEDO AL RECHAZO DEL RESULTADO

El antiguo líder de la oposición Abdulá Abdulá y el que fuese economista del Banco Mundial Ashraf Ghani, candidatos para la segunda vuelta, que se realizará el 14 de junio, han señalado que el fraude ha interferido en los resultados de la primera votación, lo que refuerza la preocupación por que el perdedor de los comicios rechace los resultados.

"El peor escenario posible se daría si uno de los candidatos de estas elecciones polarizadas no reconoce el resultado, lo que podría derivar en un conflicto", ha advertido el subdirector de la misión de la ONU en Afganistán, Nicholas Haysom. "El mejor remedio sería hacer las elecciones lo más limpias posibles", ha añadido.

Durante la primera vuelta se registraron más de 900 quejas de la categoría más grave, lo que supone un aumento con respecto a los comicios anteriores. En aquella ocasión, se descartaron un millón de votos, mientras que en la votación del pasado 5 de abril, solo se desestimaron 300.000 papeletas.

El candidato Ashraf Ghani ha declarado que la mayoría de los votos fraudulentos han sido considerados válidos por las amenazas realizadas por sus rivales en la carrera electoral. "Las amenazas de violencia, donde la oposición prometió ríos de sangre, ha creado un ambiente escalofriante", ha destacado. "Cerca de 800.000 votos que deberían haber sido declarados fraudulentos han sido incluidos en la contabilización final", ha concluido Ghani.

Abdulá Abdulá, que se convirtió en el candidato más votado durante la primera vuelta con una ventaja de 14 puntos, ha señalado que la verdadera magnitud del fraude no ha sido revelada para salvar el proceso y dar a los cuerpos electorales la posibilidad de hacer reformas. "Todo se habría cuestionado si hubiéramos ido más lejos", ha declarado Abdulá. "Dado que estaba la oportunidad de concurrir en una segunda vuelta para corregir el sistema (...) no queríamos ser responsables de eso", ha añadido.

La Comisión Electoral Independiente ha declarado que está intentado manejar el fraude mediante el despido de los responsables individuales, pero también cambiando la estructura del proceso en lo que sea posible. "Para cambiar la ley, hay que ir a través de las cámaras del Parlamento, lo que puede llevar al menos seis meses. Es imposible hacerlo en este corto periodo de tiempo", ha indicado el jefe de la Secretaría de la Comisión Electoral, Zia ul Haq Amarjel.