MADRID 14 Ago. (EUROPA PRESS) -
Miembros de la Comisión de Investigación (COI) sobre Corea del Norte, que depende del Consejo de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos, visitarán la semana que viene Corea del Sur para indagar sobre posibles violaciones de Derechos Humanos cometido por el régimen norcoreano, según ha informado el Ministerio de Exteriores surcoreano.
La COI "visitará Corea del Sur entre el 18 y el 27 de agosto con el fin de recabar información y datos sobre la situación de los Derechos Humanos en Corea del Norte", ha declarado el Ministerio, citado por la agencia de noticias surcoreana Yonhap.
Los investigadores de la ONU Michael Kirby, Marzuki Darusman y Sonja Biserko viajarán hasta Seúl acompañados de otros seis miembros de la Comisión para llevar a cabo sus investigaciones, que se centran en recopilar información de primera mano sobre violaciones de Derechos Humanos contra desertores norcoreanos que viven en el norte del país o a familias de ciudadanos surcoreanos que fueron secuestrados por el Norte.
El próximo 19 de agosto, responsables de la COI se reunirán con el primer ministro surcoreano, Chung Hong Won, además de celebrar audiencias públicas y reuniones con desertores norcoreanos y expertos en materia de violaciones de Derechos Humanos. La Comisión estará en el país cinco días, ha precisado el Ministerio.
Durante este lapso de tiempo, los responsables de la Comisión también se reunirán con el ministro de Exteriores surcoreano, Yun Byung Se, miembros de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Corea y con otros grupos cívicos, ha agregado.
Según Yonhap, la COI ha tenido dificultades en multitud de ocasiones para conseguir acceder a Corea del Norte y poder investigar así las violaciones de Derechos Humanos en el país. Asimismo, el organismo de la ONU ha solicitado permiso a China para entrar en el país, pero su oferta ha sido rechazada.
Corea del Norte ha sido acusado de graves violaciones de los Derechos Humanos, incluido el encarcelamiento de cientos de miles de presos políticos en campos de concentración, torturas y ejecuciones públicas. Pyongyang, sin embargo, ha negado las acusaciones y las ha calificado de propaganda dirigida por Estados Unidos para derrocar a su régimen.