JERUSALÉN 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un tribunal de la localidad israelí de Haifa ha condenado este martes a un ciudadano árabe-israelí a siete años de cárcel por llevar a cabo tareas de espionaje a favor del partido-milicia chií libanés Hezbolá.
Milad Jatib ha condenado por "estar en contacto con un agente extranjero y ayudar a un enemigo en periodo de guerra", según ha informado el diario israelí 'Haaretz'. El tribunal ha agregado que el acusado ha confesado su culpabilidad.
Jatib entró en contacto con Hezbolá por primera vez en 2007 y fue reclutado por un agente identificado como Barhan en 2009, tras lo que ambos mantuvieron varias reuniones en Dinamarca y Turquía, entre otras localizaciones, hasta 2011.
Barhan solicitó a Jatib que le facilitara información sobre las bases del Ejército en el norte de Israel, así como sobre centros de fabricación de armamento, lugares secretos de almacenamiento de armas y otros lugares estratégicos, según el veredicto. Asimismo, recopiló información sobre ciudadanos árabe-israelíes que pertenecían a partidos políticos de corte sionista.
El veredicto establece además que Jatib también se hizo con información sobre los acuerdos de seguridad de cara a la visita que realizó el presidente de Israel, Simon Peres, a Majdal Krum en agosto de 2012. Esta información iba a ser filtrada en mayo de 2013 en un nuevo encuentro con Barhan, pero fue impedida por su detención.
El abogado de Jatib, Hussein Abu Hussein, ha argumentado que la sentencia adecuada serían diez meses de cárcel, argumentando que no había motivación ideológica tras sus actos. El letrado ha indicado que Jatib tiene una personalidad débil y que se dejó influenciar por Barhan.
Por contra, la acusación había solicitado una pena más dura, arguyendo que las operaciones de espionaje se extendieron durante años y que Jatib no puso fin a las mismas por voluntad propia. Asimismo, defendió que había motivación ideológica y recordó que los pagos en metálico eran muy bajos.