BRAZZAVILLE 20 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno congoleño, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Comisión Diocesana de Justicia y Paz (CJP, por sus siglas en ingles) han firmado un convenio para trabajar juntos contra el tráfico de menores y su utilización como niños soldado en el país africano.
En la reunión a tres bandas en la capital de Congo, Brazzaville, el coordinador de la CPJ, el padre Félicien Mavoungou, señaló que el objetivo es encontrar los métodos para prevenir este tipo de explotación infantil, informa la agencia de Naciones Unidas, IRIN.
"El problema existe y tenemos que comenzar enviando a los niños a sus hogares. En las pruebas del proyecto conseguimos reintegrar a 20 niños. Éste es el punto de partida. Después evaluaremos cuál será la estrategia de trabajo para liberar a los niños que son víctimas del tráfico" de seres humanos, explicó Mavoungou.
La iniciativa tendrá un coste de 245.000 dólares () y se orienta a la rehabilitación y la reintegración, así como a programas educativos para los niños, indica IRIN.
Un informe de UNICEF y el Gobierno congoleño publicado ayer subraya que el tráfico de menores ocurrió no sólo en este país africano, sino también en las naciones vecinas. Pointe-Noire, la capital económica de Congo situada en la costa atlántica, es el punto central donde son llevados los niños traídos desde Benin, Malí, Guinea Conakry, Senegal, Togo, Camerún y la República Democrática del Congo (RDC).
"La mayoría de los niños son traídos a Congo cuando tienen nueve años. Aquellos de RDC acompañan a traficantes o intermediarios que les prometen un visado fácil para Europa o Sudáfrica", destaca el informe.
Según el representante de UNICEF en Congo, Koen Vanormelingen, "se ha producido explotación sexual femenina, especialmente en jóvenes de entre 12 y 25 años que proceden de RDC. "La situación no se puede tolerar. Tenemos que ponerle fin y reestablecer los derechos y la dignidad de los niños", añadió.
Por su parte, la ministra congoleña de Salud, Emilienne Raoul, consideró que es "inaceptable" que situaciones como éstas ocurran en el siglo XXI. "Nuestros niños tienen que parar de experimentar este tratamiento tan degradante. Tenemos que proteger a nuestros niños y garantizarles un adecuado comienzo de vida", señaló.