Crónica EEUU.- La Policía identifica a un estudiante surcoreano como el responsable de la masacre de Virginia

Europa Press Internacional
Actualizado: martes, 17 abril 2007 19:49

Las autoridades consideran que con toda probabilidad que el joven de 23 años cometió los 32 asesinatos antes de suicidarse

NUEVA YORK, 17 Abr. (del corresponsal de EUROPA PRESS Carlos López) -

Las autoridades policiales del estado de Viriginia identificaron hoy a Cho Seung Hui, un joven surcoreano de 23 años de edad y estudiante de último curso en la Universidad de Virginia Tech, como el responsable de la peor masacre vivida por Estados Unidos en un campus universitario, descartando casi por completo la implicación de alguien más en el asesinato ayer de 32 personas.

La identidad de Cho fue revelada en la mañana de hoy durante una rueda de prensa celebrada por las autoridades policiales, quienes explicaron asimismo que las pruebas de balística realizadas por el laboratorio revelaron que una de las armas de fuego halladas fue utilizada tanto en los asesinatos cometidos en el dormitorio de la Universidad como en los realizado posteriormente en las aulas del centro.

Según la reconstrucción de los hechos, Cho habría iniciado su recorrido homicida a las 7:15 horas de la mañana de ayer en uno de los edificios dormitorio del campus, donde acabo con la vida de dos personas. Fue dos horas más tarde, a las 9:15 horas, cuando el surcoreano irrumpió en un edificio de aulas al otro lado del campus y asesinó a 30 personas más, antes de suicidarse.

La Policía desconoce por el momento si existía alguna razón por la cual este joven de 23 años llevó a cabo esta matanza, la mayor experimentada en una instalación educativa estadounidense. Asimismo, las autoridades tratan de esclarecer el origen del armamento utilizado, con informaciones que apuntan al uso de una pistola Glock de 9mm adquirida en marzo y otras que destacan que los números de serie de las dos armas fueron borradas.

DOS HORAS ENTRE ASESINATOS.

Los estudiantes de la Universidad de Virginia Tech expresaban esta mañana su asombro ante la incapacidad de las autoridades académicas de advertir a los estudiantes de la presencia de un asesino en el interior del campus en las dos horas que transcurrieron entre el primero y el segundo de los tiroteos.

La Universidad comunicó por correo electrónico a los estudiantes la prohibición de abandonar sus dormitorios y la recomendación de mantenerse apartados de las ventanas. Sin embargo, dicho correo electrónico llegó a los ordenadores de los estudiantes aproximadamente a las 09.26, para entonces el segundo tiroteo casi había concluido.

Dos personas murieron en el primero de los tiroteos, el ocurrido en el edificio de dormitorios. El segundo, que se ha saldado por el momento con la muerte de 30 personas, ocurrió en el edificio Norris Hall, y dejó sembrado de cadáveres cuatro aulas y las escaleras del centro en un suceso que los estudiantes calificaron de infierno y caos.

Según los primeros testimonios, Cho inició la carnicería en una de las aulas en las que en esos momentos se impartía clase, asestando un disparo en la cabeza del profesor. A partir de ahí, el estudiante continuó disparando contra el resto de los alumnos que intentaban buscar refugio tirados en el suelo, mientras que otros saltaban por las ventanas para huir.

Una vez que consideró terminada su labor en ese aula, el surcoreano continuó su recorrido por aulas y pasillos. Los estudiantes del primer aula donde se cometieron los disparos aprovecharon la ocasión para encerrarse y bloquear la puerta con una barricada de mesas y evitar de esta forma una segunda incursión, que efectivamente Cho intentó infructuosamente con posterioridad.

COLUMBINE.

La masacre de la Universidad de Virginia Tech pasará a ser a partir de ahora la más mortal de las acontecidas en un centro educativo estadounidense y con toda probabilidad volverá a levantar cuestiones que la muerte de trece personas en 1996 en el Instituto Columbine de Colorado generó en aquel momento sobre el acceso a armas de fuego en Estados Unidos.

En aquella ocasión se trató de dos estudiantes de 17 y 18 años de edad que, equipados con armas semiautomáticas, acabaron con la vida de una docena de estudiantes y un profesor antes de suicidarse. Sin embargo, el último de los sucesos tuvo lugar el pasado mes de octubre cuando un extraño ejecutó a cinco niñas en una escuela amish en Lancaster (Pennsylvania).

Por el momento, las autoridades sanitarias han emitido un comunicado de última hora en el que señalan que los estudiantes que permanecen todavía hospitalizados a consecuencia de los disparos y las heridas ocasionadas por la huída se recuperan satisfactoriamente y descartan que el número de víctimas mortales pueda incrementarse.

Las consecuencias de esta nueva masacre están todavía lejos de poder valorarse, pero tras conocerse la nacionalidad del autor de los asesinatos de Virginia, las autoridades diplomáticas surcoreanos han expresado su preocupación por un posible brote de sentimiento xenofóbico contra los ciudadanos de su país.

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